10 años sin Antonio Saura

En solo cuatro años de vida, desde 1957 a 1960, el grupo artístico El Paso renovó el panorama pictórico español con un discurso de vanguardia. Y uno de sus fundadores junto a Millares, Feito y Canogar, Antonio Saura (Huesca, 1930-Cuenca, 1998), pasó a ser uno de los artistas españoles más reconocidos a nivel internacional. De hecho, logró que sus obras colgaran de museos tan importantes como el Guggenheim y el Moma de Nueva York, la Tate Gallery y la National Gallery de Londres, o el Pompidou de París. El estilo característico de Saura es sombrío. El joven que comenzó a pintar en Madrid cuando tuvo que permanecer postrado durante cinco años, enfermo de tuberculosis, se agarró al color negro como forma de expresión. Sus cuadros, casi monocromáticos en un principio, apenas manchados de grises y marrones, daban prioridad al argumento, y ya al principio de su carrera inició series con temáticas recurrentes: Damas, Desnudos, Autorretratos, Crucifixiones... Es en la década de los ochenta cuando introduce el rojo en su paleta. Ahora, en conmemoración de los diez años de su muerte, la Galería Alba Cabrera de Valencia ofrece una interesante exposición que hace un recorrido por la obra gráfica de un artista plástico que también escribió, esculpió y hasta realizó escenografías para el teatro, el ballet y la ópera.