'Performance' confucionista
Si China se ha modernizado a una velocidad de vértigo, más rápido aún lo hace su arte, que hace apenas tres décadas parecía atrapado irremediablemente entre una tradición tan milenaria como inmovilista y un arte político rampante, dedicado a enaltecer a la revolución y a sus líderes, con Mao Zedong, "el gran timonel", a la cabeza. Hoy la escena la ocupan artistas cuyo desafiante conceptualismo es aceptado a regañadientes por las autoridades del país y, en cambio, con extraordinaria complacencia tanto por los comisarios y los críticos de arte occidentales como por el mercado internacional, cuyos gestores contemplan extasiados el crecimiento exponencial de la cotización de los artistas chinos contemporáneos.
El arte de acción en China
Ciclo de vídeos
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Santa Isabel, 52. Madrid
Del 10 al 16 de julio
España no está al margen de este subidón como lo prueban la media docena de galerías de arte de Madrid y Barcelona que dan trato de preferencia a los artistas chinos, la participación de varias de ellas en las ferias de arte de Shanghai y de Beijing, el surgimiento de coleccionistas de la talla de Rafael Tous y la línea expositiva de la Casa Asia de Barcelona y Madrid, donde hace unos meses se realizó una individual de Zhang Huan (Fundación Telefónica le dedicó otra el año pasado), junto a una muestra de la colección de Tous. Y donde ahora exponen los fotógrafos Rong Rong & Inri.
El Museo Reina Sofía ha incluido en su programación veraniega Arte de acción en China, un ciclo de vídeos documentales comisariado por Laia Manonelles. No están todos evidentemente, ni están tampoco los que viven y trabajan en Shanghai, pero Manonelles quita importancia a estas omisiones porque piensa que "en Pekín se concentra actualmente la mayoría de artistas que tienen realmente interés". Y no le falta razón porque los vídeos del ciclo permiten aproximarse a un grupo de siete artistas cuyos trabajos encajan bien en las tendencias actualmente dominantes en el arte chino. El conceptualismo es un cajón de sastre en el que todo cabe y, como lo mismo está ocurriendo ahora en China, la comisaria de esta muestra ha intentado imponer un poco de orden acudiendo al concepto de "arte de comportamiento". La expresión no es suya sino del crítico de arte Gao Minglu, que la emplea como traducción china de performance para enfatizar el vínculo orgánico entre el individuo y la sociedad que, según él, fue establecido por Confucio. La joven artista Chen Lingyan es un ejemplo de esta difícil armonía. Ella ha declarado que se hizo pintora primero y artista después porque "quería disfrutar de la libertad". Y sin embargo su obra, aunque centrada en la exhibición de su sexo y de sus flujos corporales, quiere involucrar al público en lo que hace. Como ocurrió durante una edición del festival de arte del distrito Dashanzi, cuando abrió un boquete en el muro para permitir que cualquier cliente del At Café pudiera entrar en su casa-estudio cuando quisiera. Otro problema es la respuesta efectiva de un público al que es probable que aún le resulte incomprensible que Cang Xin lama todos los objetos que se le crucen, Zhu Ming se encierre siempre en burbujas de plástico, Song Dong ofrezca a los paseantes maquetas comestibles de sus propias ciudades, Peng Yu & Sun Yuan construyan un pilar con cenizas de las personas incineradas y He Yunchang haya permanecido 24 horas encerrado en un bloque de cemento. Allí todavía puede resultar excesivo.
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