Obras contrarreloj en el 'calvario' de la autovía de Ademuz

El calvario de miles de conductores cada día desde hace dos años a causa de la ampliación de la CV-35 (autovía de Ademuz) continúa a pesar de que falta poco para que se cumpla el plazo de las obras convenido por la Generalitat y la sociedad concesionaria. A finales de julio y con siete meses de retraso sobre el calendario inicial, tendrán que estar operativos los 53 kilómetros entre Valencia y Losa del Obispo. Pensada para resolver la congestión de tráfico, acortar los tiempos de viaje y mejorar la seguridad de una vía que da servicio a una población de 200.000 personas, la ampliación no ha hecho más que agravar los problemas.

"Desde que empezaron las obras las colas son kilométricas"

"Es una carretera que siempre ha tenido tráfico, pero desde que empezaron las obras las colas son kilométricas", describe María José, vecina de San Antonio de Benagéber y usuaria habitual de la CV-35. "Trabajo en el polígono de la Fuente del Jarro (Paterna) y si antes de las obras salía con 15 minutos de antelación y llegaba a fichar al trabajo, ahora me toca salir de 30 a 45". Los miles de usuarios de la CV-35 se han dejado una pasta en ruedas por el mal estado del firme. También han soportado estoicamente los embotellamientos y el gasto extra en combustible, pero lo que peor llevan son los accidentes, alcances sobre todo, provocados por las colas que se encuentra uno de repente cuando se estrechan los carriles. "Estamos sobre todo indignados por el tiempo que duran las obras y la falta de planificación", apunta María José.

La incorporación desde el by-pass hacia la CV-35 es otro de los puntos negros. Las obras del enlace con la circunvalación de Valencia no empezarán antes de marzo de 2009, estima la Generalitat. "Lo están dejando para el final, cuando deberían de haber empezado por ahí. Es como empezar la casa por el tejado", apunta José C., empleado de una empresa de servicios que atiende complejos residenciales del Camp de Túria. Las retenciones están a la orden del día, sobre todo en hora punta y en verano. Si uno está obligado a pasar por este enlace entre las cinco y las ocho de la tarde no se libra de 20 o 30 minutos de cola. La consejería se defiende y recuerda que este enlace no se incluía en el proyecto inicial de la concesionaria. "Es una mejora. Por eso los plazos de ejecución son distintos a los del resto", apuntan a la vez que responsabilizan al Ministerio de Fomento -que no autorizó ese enlace hasta hace poco- del retraso.

Faltan apenas unos días para que acabe julio y la empresa concesionaria (la unión temporal de Sacyr, Secopsa y Nagares) trabaja para cumplir con el plazo. Por la noche se han cortado incluso los accesos provisionales a varios localidades de Camp de Túria para acelerar los trabajos, lo que ha provocado de nuevo protestas. "Se han realizado los menos posibles y de noche para molestar al menor número de usuarios", argumenta la consejería, que añade: "Si tenemos en cuenta la envergadura de la obra, se puede considerar que el plazo de ejecución ha sido razonable", advierte la Generalitat.

El coste de la obra ha aumentado en 22 millones de euros. A finales de mes, cuando entre en funcionamiento el peaje en sombra, la Generalitat pagará una media de 0,014 euros por vehículo que circule por la CV-35. La previsión de intensidad media diaria será en el tramo entre Valencia y el by-pass de 104.000 vehículos.

"Lo han hecho muy mal, deprisa y corriendo. No entendemos cómo en épocas las máquinas no paraban y luego se han pasado meses sin actividad", se queja el presidente de la asociación de vecinos Montesol, de L'Eliana, Javier Belmonte. Muchos vecinos de Camp de Túria han protestado en concentraciones y caravanas exigiendo una solución a este caos. "La confianza es nula. Es verdad que se ve mucho movimiento, pero faltan muchas cosas", opina.