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Reportaje:

Gracias al dólar

Estados Unidos logra reducir levemente su abultado déficit comercial gracias a la debilidad de la divisa

La siderúrgica estadounidense Nucor conoce bien las ventajas del dólar débil. No da abasto para atender la demanda externa, sobre todo los pedidos de economías como China e India. No es la única que saca tajada a una moneda barata y que tiene reflejo en los últimos datos de la balanza comercial.

El déficit comercial estadounidense cayó en mayo un 1,2%, hasta los 59.800 millones de dólares, y se revisó a la baja el dato de abril, a 60.500 millones. Hay dos motivos que explican esta tendencia: un mayor crecimiento fuera de EE UU y un dólar depreciado. Y esto se traduce en un repunte de las exportaciones.

El dólar está en caída libre desde hace seis años, exceptuando el repunte de 2005, cuando la Reserva Federal insinuó una posible subida de tipos. El billete verde está en una nueva espiral a la baja desde septiembre de 2007, cuando la Fed procedió a abaratar el precio del dinero para hacer frente a la crisis financiera.

El crecimiento del sector exterior permitirá a EE UU evitar la recesión

Las exportaciones estadounidenses crecieron tres veces más rápido que las importaciones, y eso pese al precio del petróleo. En los últimos 12 meses, la debilidad del dólar disparó las exportaciones un 10,3%, mientras que los productos importados excluyendo el petróleo avanzaron apenas un 0,8%.

Si se elimina la inflación, el déficit comercial estaría ahora en los 43.600 millones, su nivel más bajo desde octubre de 2002. Aun así, la brecha sigue siendo considerable, como señala Standard & Poor's, que espera que siga reduciéndose en respuesta a la debilidad del dólar y de la economía de EE UU.

El sector exportador está tomando el relevo del inmobiliario en el crecimiento. Hasta el punto de que se calcula que aportará un punto porcentual al crecimiento del segundo trimestre. Los bancos de inversión ya prevén una expansión del 1,5% entre abril y junio.

Boeing es una de las beneficiadas de un dólar barato, al vender a un precio más competitivo que su rival Airbus. Por no citar a Caterpillar, que vende maquinaria para la construcción, o John Deer, para el agrícola. También para Campbell, con sus sopas enlatadas.

El Departamento del Tesoro insiste en que la fortaleza del dólar va en interés de EE UU. La frase la repite Henry Paulson una y otra vez, aunque no parece que el Gobierno vaya a intervenir. Para el Deutsche Bank, el dólar no repuntará hasta que caiga el bastión de la indiferencia de la Casa Blanca.

La debilidad del billete verde es, sin embargo, un arma de doble filo por el efecto de las importaciones sobre la inflación. Hasta ahora no se refleja en el IPC, pero hay señales que preocupan a la Reserva Federal y que ya puso de relieve su presidente, Ben Bernanke, el pasado 3 de junio, durante la Conferencia sobre Política Monetaria en Barcelona. Morgan Stanley cree que es una señal de que en Washington empiezan a darse cuenta de que los costes a largo plazo para la economía no compensan los beneficios. Bank of New York Mellon sólo cree inusual que el presidente de la Fed se refiera al dólar en sus discursos.

La diferencia de tipos con la zona euro también mantiene la presión sobre el dólar. Wall Street critica la última subida del Banco Central Europeo y le piden más coordinación con la Reserva Federal.

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