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Entrevista:ALMUERZO CON... BELÉN MONEO

"Un promotor no puede tener el 150% de beneficio"

Tiene gracia: por una vez es una mujer quien tiene que defender el protagonismo que le corresponde al hombre, porque si no éste se queda invisible, "como ha ocurrido a las mujeres". Belén Moneo (Madrid, 1965), arquitecta como su padre, Rafael, comparte estudio con su marido Jeff Brock.

Cuando este año ambos presentaron el proyecto del balneario de Panticosa, sólo se le atribuía a ella. Por eso ahora que han terminado una rareza en este país -una gasolinera de autor, en San Agustín de Guadalix (Madrid)-, adelanta: "Por favor, cítale también a él, es tan autor como yo".

La arquitecta cree que se perdió la ocasión de pensar cómo debe ser la ciudad

¿Y él cómo lo lleva? "Como es americano, bien. Están acostumbrados a compartir el espacio con las mujeres, para ellos es algo natural". Ella está a favor de la discriminación positiva para mujeres y "para negros". "He vivido en Nueva York y creo que sé lo que es". En España, dice, hay más arquitectas que arquitectos, y sin embargo todavía hay más hombres que ejercen, porque en el camino se quedan bastantes mujeres. "Ésta es una profesión complicada, tienes que atender a disciplinas muy diferentes, incluso hay que hacer de psicólogo cuando no coincides con lo que te pide el cliente".

Llega el dueño del restaurante, saluda y enseguida le pregunta por su padre. Cuando ella pide el vino, no duda: tinto de La Mejorada, una bodega en Olmedo (Valladolid) propiedad de su padre. Y sus raíces por la rama paterna surgen al elegir menú: espárragos frescos de Azagra, que el restaurador presume de traer todas las mañanas de la ribera navarra.

Habla de la relación con su padre, figura clave para entender la arquitectura española de la segunda mitad del XX. "Soy consciente de que no todo el mundo tiene las oportunidades que he tenido yo. Mi padre es generoso, nos deja mucha libertad y siempre se aprende de él". ¿Por ejemplo? "Su manera creativa y casi escultórica de enfrentarse a un proyecto".

Su opinión sobre la debacle inmobiliaria tiene que ver con dos aspectos cruciales: el primero, la ausencia total de planificación urbanística en España. "El urbanismo, que es una disciplina prioritaria en otros países y objeto de debate, aquí ha estado fuera del alcance de los arquitectos. Como consecuencia de ello, los promotores tomaron la iniciativa, y no los ayuntamientos, que se han dejado querer porque el fuerte desarrollo urbanístico ha sido una fuente de ingresos muy importante para sus arcas y no han sido capaces de dar otras pautas".

El segundo aspecto es noticia todos los días. "Ese desarrollo urbanístico sólo se ha guiado por el capitalismo puro y duro. Los promotores querían acabar cuanto antes los proyectos, sacarles el máximo rendimiento económico con muy poco interés por hacerlo bien. No han considerado ni el paisaje, ni el contexto, ni darle al ciudadano lo que se merecía por el precio que pagaba. Sólo han mirado cuánto dinero sacaban. Y hemos perdido una gran oportunidad en los últimos años para pensar cómo debería ser la ciudad".

Remata la comida con un café solo, y de postre casi una receta para el futuro: "Los promotores no deberían haberse llevado el 150% y más de beneficio; con un 20% de un trabajo hecho deberían quedarse satisfechos".

La hija de Moneo firma una gasolinera de autor en Madrid.
La hija de Moneo firma una gasolinera de autor en Madrid.ISAAC F. CALVO

La Manduca de Azagra. Madrid

- Espárragos: 14 euros.

- Alcachofas: 14 euros.

- Rape: 23 euros.

- Lomo de atún: 22 euros.

- Agua y pan: 8,15 euros.

- Vinos y café: invitación de la casa.

Total: 81,15 euros (con IVA).

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