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PSOE y BNG llegan a un acuerdo sobre el AVE entre un cruce de reproches

Los socios de la Xunta pactan la comisión para fiscalizar a Fomento

Tras una semana de tira y afloja y desavenencias entre los socios de gobierno en la Xunta, socialistas y nacionalistas lograron al fin ayer ponerse de acuerdo en su estrategia para exigir al Estado la construcción del AVE en el plazo comprometido de 2012. El consenso ni fue fácil ni estuvo exento de reproches mutuos entre los integrantes de la coalición.

El BNG remitió a primera hora de ayer a los portavoces de los otros grupos una nueva iniciativa que es en realidad un compendio de la resolución aprobada en el Congreso de los Diputados por populares y nacionalistas y de la propuesta que la semana pasada había puesto sobre la mesa el PSdeG. El portavoz del Grupo Socialista, Ismael Rego, firmó esa proposición no de ley que el Parlamento no debatirá antes de septiembre pero no se resistió a acompañar el gesto con una carta al portavoz del BNG, Carlos Aymerich, en la que desea "el fin de las poses mediáticas y electoralistas sobre un tema tan relevante para Galicia".

El PP, por su parte, pidió tiempo para estudiar el texto que establece la creación de una subcomisión Xunta-Estado que presidirían los responsables de infraestructuras de ambos gobiernos para hacer un exhaustivo seguimiento y "dar impulso" a la construcción del AVE. Tras el fracaso de dos reuniones en esta semana para consensuar una propuesta, al final el BNG dio marcha atrás en su deseo de que los tres partidos participen en el seguimiento de los plazos, "en aras de lograr la unidad política que es para Galicia la única posibilidad de defender sus intereses", según el vicepresidente Anxo Quintana.

La iniciativa que ya cuenta con el respaldo de PSOE y BNG reclama del Estado la licitación en 2009 de todos los tramos del AVE, el inicio "inmediato" de la línea Santiago-Ourense a su paso por la mina de Serrabal -obras bloqueadas por el desacuerdo con el dueño del yacimiento, el empresario Juan Miguel Villar Mir- así como el compromiso de que los Presupuestos dediquen a Galicia el 8% de sus inversiones para garantizar la ejecución de la infraestructura ferroviaria. Horas antes de que el PSOE firmase el texto remitido por el BNG, Quintana se quejó de "la lejanía de los políticos" con la sociedad al no lograr "poner por escrito algo en lo que todos están de acuerdo". "No entiendo que lo que es bueno en Madrid, como los pactos de Estado que invocan PP y PSOE para temas importantes, no lo sea para Galicia", insistió.

De "unidad" y llamamientos a la "unanimidad" también habló, más tarde, el jefe del Ejecutivo gallego, Emilio Pérez Touriño. Insistió en su convencimiento sobre el acuerdo final. Y negó tajante que el motivo de su conversación del jueves con Quintana en la que ambos exhibieron caras largas y gestos tensos, se abordase el asunto del AVE. "Doy mi palabra de honor que no se habló de ello ni dentro ni fuera del Consello", aseguró Touriño en declaraciones a la SER. Menos contundente se mostró el vicepresidente, quien definió su "conversación" del jueves con el titular de la Xunta como "una de las muchas" que mantienen en las que hablan de "muchos temas". "Pero no fue una discusión, y menos elevada de tono", negó Quintana.

Antes de que se desbloquease el desacuerdo, el portavoz del BNG en el Congreso, Francisco Jorquera, difundió un comunicado lleno de reproches a la actitud de Touriño, al que acusó de "sacar pecho" en vez de buscar el consenso político y de olvidarse que en Galicia gobiernan dos partidos, "no una sola persona, felizmente para la democracia". El presidente del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo, culpo a Touriño de los desacuerdos porque "siempre que hay que elegir entre Galicia y el PSOE, elige lo segundo".

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