"Hay crisis, claro que la hay"

Casi 6.000 enmiendas a una ponencia marco de 60 folios. Y, sin embargo, pocos entre el millar de delegados que participan desde ayer en el 37º congreso federal del PSOE parecen haberse leído a fondo el documento que propone la línea política de su partido para los próximos cuatro años. Al menos a juzgar por lo que respondía la inmensa mayoría de los 20 compromisarios de a pie -diez hombres, diez mujeres- entrevistados al azar por este periódico. "Bueno, más o menos la he mirado". "En parte, por encima". "A medias, es que es muy larga y en el ayuntamiento tenemos mucho trabajo". "Me sé bien mi parte, la que hemos enmendado"... Eso sí, hay práctica unanimidad en el juicio: el PSOE no se ha derechizado en el gobierno, "en absoluto".

Al congreso concurren 995 delegados de toda España. El perfil es el de un hombre de 43 años con estudios universitarios y con cargo (y sueldo) público. Hay mayoría de andaluces y valencianos. Más mujeres que en el último cónclave (son el 48%) y, sobre todo, menos cargos públicos (en 2004, el 80%; ahora, el 50,7%).

Sus respuestas son el reflejo de lo que uno de ellos explica así: "Claro que el PSOE sigue siendo de izquierdas... Pero de izquierdas del siglo XXI". Muchas cosas han cambiado, y una nueva realidad obliga a adaptar mensajes. Si en los años ochenta el "nucleares NO, gracias" era consigna casi oficial para la izquierda, ahora el debate adquiere poderosos matices. "En principio, no", titubea la mayoría. Y apostilla: "La incertidumbre energética es enorme... Es un asunto complejo, nada de demagogia. Estudiémoslo".

"Flexi... qué?"

La directiva europea -apoyada por el Gobierno de Rodríguez Zapatero- que agiliza la repatriación de inmigrantes -y fija en 18 meses el plazo máximo para retenerlos- sí hace torcer la boca a los delegados. Era necesaria, dicen, para una política europea común, y la inmigración es también un "asunto complejo que hay que regular"; pero los 18 meses dan miedo desde la perspectiva de un socialista, y todos se sienten orgullosos de que en España no vaya a aplicarse ese extremo.

Bajar los impuestos ha dejado de ser "de derechas" -PSOE y PP lo hacen-, aunque algunos delegados se resisten. "¿Cómo vamos a cubrir los servicios sociales?", pregunta uno, más extrañado que escandalizado. "Hay crisis, claro que la hay", sentencia la mayoría (no su secretario general).

Respecto a modernos palabros como flexiguridad, sólo dos de los 20 saben definirla: "Flexibilidad en el despido y movilidad laboral pero garantizando la protección al trabajador". El término está en la ponencia, la dirección del PSOE lo abraza, pero los militantes no lo han leído. "¿Flexi... qué? Ni me suena".