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Condenado a 21 años de cárcel el padre del niño que murió de hambre en Ponteareas

Casi dos años ha tardado en llegar la condena a los padres de Aarón, el niño de dos años al que sus progenitores dejaron morir por inanición, en septiembre de 2006, en la localidad de Ponteareas. Ayer, la Audiencia Provincial de Pontevedra condenó a la madre y al padre de Aarón, a penas de 17 y 21 años, respectivamente, por los delitos de homicidio y de homicidio en grado de tentativa. El Ministerio Fiscal había solicitado 23 años para cada uno.

El pequeño Aarón sólo vivía con su hermana Rebeca, de tres años, y con su madre, Felisa B. B, de 26 años, porque su padre, José Antonio C. G., de 31, se había marchado de casa tras la separación. Felisa, que sufre un "leve" transtorno mental que actuó como atenuante en el juicio, no debió considerar que el enfermizo aspecto del pequeño mereciera una visita al médico. La primera vez que le llevó al centro hospitalario, el personal sanitario intentó sin éxito salvar la vida de aquel niño "al que se le podían contar todos los huesos", decían, "y al que los ojos se le salían de las órbitas". Esta misma noche el pequeño murió.

A las pocas horas, el padre de Aarón ingresaba en la prisión de A Lama. Al mismo tiempo, la madre y la hija permanecían ingresadas por desnutrición. Poco después, Felisa tuvo que ser internada en un psiquiátrico, donde pasó un mes hasta que ingresó en la cárcel.

Durante el jucio, Felisa respondió a todas las preguntas, pero no quiso recordar el día en que llevó a su hijo al hospital, y se negó a declarar una palabra al respecto. El padre, José Antonio, también rehusó prestar testimonio. Cuando en 2006 los vecinos de la familia supieron de la noticia de la muerte de Aarón, lamentaron no haber denunciado la situación antes. Un conocido de la familia afirmó que le "habían asegurado que denunciar no merecía la pena

", a pesar de que hacía tiempo que veían que algo no iba bien en aquella casa.

Sin contacto con la hija

Los padres de Aarón le dejaron morir de hambre, por eso han sido acusados de homicidio y de homicidio involuntario en grado de tentativa. Felisa B. B. deberá cumplir una condena de 17 años, y su ex marido, José Antonio C. G., deberá pasar 21 años en la cárcel. El juez ha dictaminado también que se les inhabilite para ejercer la patria potestad sobre la pequeña Rebeca. Además, ninguno de ellos podrá acercarse a la niña, ni verla en 10 años, hasta que ésta cumpla la mayoría de edad. Durante este tiempo, los progenitores deberán pagarle 18.000 euros por la muerte de su hermano, y 50.000 euros "por los daños físicos, secuelas y daños morales recibidos".

El fallo del juez argumentó que las pruebas que condenan al padre "ponen de manifiesto el desprecio del acusado por la vida de su hijo y la extrema repulsa de su conducta". La familia materna de Rebeca ha solicitado la custodia de la pequeña tras declarar que ha conseguido recuperarse. La niña vive actualmente con una hermana de la madre.

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