Los beneficios del aeropuerto de Girona frenan su traspaso
El ministerio se comprometió a cederlo a finales de 2005
En otoño de 2005 se produjo el, hasta ahora, último accidente mortal relacionado con el aeropuerto de Sabadell. A partir de ese momento, las negociaciones entre la Generalitat y el Gobierno central se dispararon y este último se comprometió a hacer que los aeropuertos de Sabadell, Girona y Reus dejaran de ser de interés general para poder ser traspasados al Gobierno catalán. En aquel momento, los tres eran deficitarios. Pese a todo, la Generalitat asumió hacerse cargo de las instalaciones, aunque reclamó que se le cedieran también las inversiones previstas.
La Generalitat quiere gestionar las terminales de Reus, Girona y Sabadell
Tres años después no se ha movido nada. Los aeropuertos siguen siendo de interés general y el Gobierno catalán ni siquiera ha sido informado sobre si la intención del Ejecutivo central de privatizar AENA se haría antes o después de la cesión de estos tres aeropuertos. Si se llega a consumar, porque las últimas reuniones al respecto han hecho que se dispararan las alarmas, otras más, de la Generalitat al comprobar que, respecto a Sabadell y Reus sigue sin haber problemas, lo que no quiere decir que se traspasen, pero Girona es otra cuestión. La razón es simple: el aeropuerto de Girona-Costa Brava, ése es su nombre oficial completo, ha experimentado un notable crecimiento en los últimos años, al amparo del despegue de las líneas de bajo coste. El resultado final ha sido que deje de estar en números rojos y, a partir de ahí, el interés por cederlo ha decaído.
El Ejecutivo catalán, requerido ayer al respecto, se enrocó en la misma frase que viene repitiendo desde que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anuncio la intención de privatizar AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea): "No hay comentarios y no los habrá hasta que se conozcan los detalles".
Algunos se conocen. El proyecto de privatización, sea sólo de gestión o incluya la salida a Bolsa, pasaría por la separación previa de la navegación aérea, que seguiría siendo gestionada directamente por una entidad pública.
La oposición política en Cataluña, Convergència i Unió (CiU) especialmente, ha empezado a leer con atención el Estatuto de autonomía para comprobar si es posible privatizar la gestión de los aeropuertos o si ese mero hecho implica que la Generalitat puede reclamar su gestión. Por supuesto, de los tres menores, pero, sobre todo, del aeropuerto de El Prat.
Los intentos de recabar la opinión del Ministerio de Fomento sobre las negociaciones respecto al traspaso de los aeropuertos resultaron infructuosas. Su portavoz oficial no respondió a las llamadas de este diario.
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