Al pasaporte por el altar
La Iglesia detecta decenas de bodas de conveniencia en pequeñas parroquias
El camino menos complicado para hacerse con un pasaporte español también pasa por el altar. Las decenas de historias de amor entre varones nigerianos y mujeres españolas que acababan en boda llamó la atención de la Conferencia Episcopal que no necesitó investigar mucho para encontrar mentiras y falsificaciones en los papeles que aportaban los novios. La Diócesis de Cádiz y Ceuta fue una de las primeras en reaccionar ante esta situación e instó a los párrocos a dar aviso de uniones en las que, al menos uno de los contrayentes, no fuera de la Unión Europea.
"Comprobamos que, aunque con mucha minuciosidad, se habían realizado falsificaciones de certificados de nacimiento y bautismo en una parroquia inexistente se estaban realizando certificados de bautismo falsos", relató el vicario general del Obispado, Guillermo Domínguez Leonsegui. Hasta el momento, el Obispado ha detectado una decena de bodas con documentos falsificados y ha evitado la celebración de otras diez ceremonias.
"No queremos poner filtros a las bodas de inmigrantes pero sí frenar a las mafias"
Por su parte, el cardenal arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, admitió ayer que se habían detectado varios casos de enlaces de "absoluta conveniencia" en parroquias de la periferia de su archidiócesis. Amigo Vallejo aseguró que esas uniones detectadas fueron "muy fáciles de desenmascarar".
Los matrimonios por la Iglesia tienen vigencia civil y son más fáciles de alcanzar que el enlace por la vía civil. Además, una vez certificada su unión con una pareja española, los trámites para obtener el permiso de residencia son menores.
El matrimonio en los juzgados es mucho más complicado para los extranjeros procedentes de países no pertenecientes a la Unión Europea. La pareja tiene que pasar una prueba muy similar en la forma y en el concepto a un interrogatorio en la que un juez les someterá a una batería de preguntas destinadas a comprobar la existencia de una relación entre las dos personas que quieren casarse.
La salida a la luz de esta situación deja a los párrocos en una situación bastante incómoda y sobre la que parece no haber todavía una solución. Lo que está claro es que su papel ante estas uniones supera al sacramento y les obliga a ejercer funciones de control de estas personas.
Casi todos ha sido avisados de una manera u otra del aumento de matrimonios de conveniencia de extranjeros en la provincia y conmina a incrementar los controles para evitarlos. "No queremos poner filtros a las bodas de inmigrantes pero sí buscamos frenar la utilización de documentos falsos para este fin", destacó Domínguez Leonsegui. "Los párrocos no pueden prohibir ninguna boda. Estamos en un país que cada vez cuenta con más inmigrantes y esa realidad hay que asumirla, pero hay que poner medios para que las mafias no hagan negocio con esto".
En cualquier boda se solicita un certificado de nacimiento, de bautismo, una fotocopia compulsada del DNI y la confirmación de que han realizado los cursillos matrimoniales. A partir de la circular, las bodas de extranjeros necesitarán del pasaporte, el permiso de residencia y un control exhaustivo de la autenticidad de todos los documentos aportados. "Al abusar de estas prácticas irregulares, han provocado que salte la liebre", advirtió el vicario.
Los párrocos cobran por cada boda celebrada un arancel que, según Domínguez Leonsegui, se ajusta a la legalidad. Además es costumbre que los novios den donativos a la parroquia en la que se van a casar. Es su argumento para defender a algunos curas de otras provincias que han sido detenidos por haberles cobrado a matrimonios que resultaron ser de conveniencia.
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