"La arquitectura volverá a ocuparse de los hombres"
El arquitecto Manuel Gallego Jorreto (O Carballiño, 1936) asegura sentirse sorprendido por la reciente concesión del Premio Nacional de Cultura de Galicia en el apartado de arquitectura. El galardón reconoce la trayectoria del autor de edificios como el Museo de Belas Artes de A Coruña, por el que ya recibió el mismo premio en el ámbito estatal en 1997.
Pregunta. ¿Cómo se ha tomado la concesión del Premio Nacional de Arquitectura?
Respuesta. Me satisface que sea un premio a toda una obra. Siempre te sorprende un poco y es muy agradable que sea un premio que te dan tus paisanos. Los premios o los buscas o son un regalo. Siempre es desconcertante que te lo den y en este caso aún más porque ni siquiera sabía que existían estos premios. Estás pensando en otras cosas y cuando te enteras dices: mira qué bien.
"Nos hemos convertido en las estrellas de un mundo artificial"
"Hay que respetar puntos de la estructura del paisaje en Galicia"
"Nadie puede oponerse a mejorar las condiciones de las viviendas"
P. Hoy en día los arquitectos se han convertido en estrellas y las ciudades les piden proyectos porque todas quieren un edificio emblemático. ¿Hacia dónde conduce esta fiebre?
R. Las ciudades luchan y compiten entre sí por distinguirse y se nos utiliza como un valor de marca que entra dentro del mundo de consumo cultural donde estamos metidos. El arquitecto ha pasado a ser la estrella de un mundo creado artificialmente y que tiene poco que ver con la arquitectura. Hay personas que viven en este mundo y que aprovechan la situación porque les interesa y a otros, como a mí, nos aburre, porque estas cosas hay que entenderlas más críticamente. De todas formas, todo puede cambiar. Las modas pasan.
P. Entonces, ¿cree que en algún momento dejará de concebirse a la arquitectura como un espectáculo?
R. Sí porque la arquitectura debe dedicarse fundamentalmente a resolver necesidades de los hombres. Eso está por encima de todo aunque ahora la realidad es que la arquitectura sirve para resolver necesidades de los políticos y de los propios arquitectos. Pero tendremos que volver a plantearnos como se resuelven las necesidades humanas y dejar esas cosas de lado.
P. ¿No hay demasiados edificios que cumplen una función decorativa pero que presentan dificultades para ser usados por las personas?
R. Muchas veces no está clara ni la funcionalidad ni la forma de resolver los edificios. Te encuentras con que no hay economía de medios ni de resultados y falta un equilibrio entre las cosas. Pero tampoco quiero hacer demagogia, porque el arte siempre añade algo a un edificio. Además, hoy en día también hay quien hace una arquitectura espléndida. Lo que pasa es que la arquitectura más popular es la espectacular y muchas veces no hay un equilibrio entre lo que se propone y el problema que hay que resolver.
P. Galicia tiene en el paisaje uno de sus tesoros. ¿Qué parte de responsabilidad tienen los arquitectos para cuidarlo?
R. La responsabilidad es de todos, aunque tal vez los más implicados sean los políticos y los arquitectos.
P. ¿Es posible encontrar un equilibrio entre el interés económico y la ecología en casos como la implantación de parques eólicos o de piscifactorías?
R. No creo que sea tan difícil encontrar un equilibrio. Creo que es un problema de racionalidad y de tener claro lo que se quiere. Todas estas cosas producen cambios y habrá que respetar ciertos puntos de la estructura del paisaje en Galicia. Los parques eólicos son una preciosidad y además producen energía limpia, pero incluso las cosas buenas se pueden utilizar mal y destrozar un paisaje que es la referencia de siglos. La sociedad es la que tiene que reclamar esto, pero tampoco se puede caer en la demagogia de estar a favor o en contra de algo sin hacer un análisis crítico.
P. ¿Qué opina de medidas como la normativa de protección del litoral que ha promovido la Xunta?
R. Me parece elemental y llama la atención como no se ha planteado antes. La destrucción masiva del litoral es algo que no tiene sentido económico, ni social, ni cultural. Ya era hora de ponerle freno.
P. Ha coincidido con el parón que afecta al sector de la construcción.
R. Sí. Es algo que puede ser traumático para muchas empresas y ciudadanos y ocurre cuando la economía se sustenta en un solo sector. A lo mejor lo que pasa es que era un sector montado en el aire y se esperaba que hubiese una crisis en algún momento, porque en España se ha construido mucho más que en países como Francia, Inglaterra o Alemania. En todo caso, la crisis del sector no tiene nada que ver con construir en la costa.
P. Y las normas del hábitat de la Consellería de Vivenda, ¿qué le parecen?
R. No las conozco en profundidad, pero creo que son normas que están muy bien en su planteamiento. Hay defectos que se irán puliendo cuando vayan entrando en funcionamiento. Nadie puede estar en contra de mejorar las condiciones de las viviendas, salvo tal vez algunos constructores. Pero esas son opiniones interesadas. Tengo buena opinión de muchas cosas que se han hecho.
P. La Cidade da Cultura es el mayor proyecto arquitectónico que está en marcha en Galicia. ¿Cómo puede resolverse la integración del complejo en la ciudad de Santiago?
R. Efectivamente está distante de la ciudad. Yo no concibo plantear un proyecto con esos problemas de base. El proyecto se ha hecho sin pensar en la conexión con Santiago y yo no veo que esté en camino de hacerse. En lo que respecta a Galicia sorprende que no haya un enlace con la autopista. En estos momentos la Cidade esta desconectada y es un problema que hay que resolver. Supongo que estarán en ello.
P. ¿Se siente especialmente satisfecho de alguno de los edificios que ha diseñado? ¿Sueña con realizar algún proyecto?
R. Me siento satisfecho de todos en alguna medida, pero siempre te queda la sensación de que se pudo hacer mejor. Tampoco me interesa mucho pararme a analizar un proyecto porque siempre estoy haciendo otro. De todas formas, en todos hay algo que me interesa. No sueño con hacer un edificio en concreto. Lo importante es resolver una necesidad y, además, siempre hay una emoción que uno quiere llevar adelante. Los problemas son los que hacen que se realicen los proyectos.
P. Usted ha dado clases durante varios años. ¿Cree que las nuevas generaciones de arquitectos están más preparadas?
R. Diría más bien que están más informados. Entre la información y la preparación está la asimilación y cada uno asimila las cosas de forma distinta. Hay muchos tipos de escuelas de arquitectura pero de todas siempre salen siempre arquitectos muy buenos. Les recomendaría a aquellos que aspiran a ser arquitectos que les guste la construcción y que se emocionen con el espacio.
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