Delirio en Colón
Miles de aficionados jalean a la selección hasta el final en la zona Cuatro
El piloto que sobrevolaba en helicóptero ayer por la tarde la madrileña plaza de Colón disfrutaba de una imagen espectacular. Monocromática. Una gran mancha roja. El centro neurálgico de un país volcado con su selección. El entusiasmo impregnó a las miles de personas congregadas. El delirio, los abrazos y los gritos de júbilo llegaron a las 23.20, cuando Cesc batió a Buffon desde el punto de penalti y selló el triunfo de la roja.
La mayoría de los presentes no recordaba el codazo del Mundial 94. Por eso, el entusiasmo vencía al pesimismo. La plaza estaba llena de adolescentes, que han crecido con una generación de deportistas de éxito, viendo ganar a Fernando Alonso, Rafa Nadal y la selección de baloncesto. Muchos portaban una pegatina con un mensaje inequívoco: "Hay que pasar por narices. El espíritu de Luis Enrique". Las actuaciones de Angie y Amaral en la zona Cuatro caldearon el ambiente antes del encuentro.
A medida que un gran reloj iba marcando el tiempo que quedaba de partido, aumentaban los cánticos jaleando a España. Y en contra de Italia, recibida en las pantallas gigantes con una sonora pitada. Toda la plaza al unísono tarareó el himno español al salir el equipo de Luis Aragonés. Según España iba controlando el partido, los nervios se fueron calmando. Los miles de aficionados protestaron las decisiones polémicas del árbitro, especialmente las cercanas al área azzurra.
En la segunda parte, los nervios volvieron. El rival era Italia y los cuartos de final un 22 de junio. A medida que se acercaba el final, los gritos de apoyo aumentaron. Miles de aficionados veían que esta vez se podía. Se pudo. En Colón siguió la fiesta. [La policía intervino más tarde y cargó contra un grupo de personas que cortó el tráfico invadiendo el paseo de la Castellana, informa Efe].
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