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Entrevista:

"Mi ilusión es seguir dos años más"

Lleva 20 años al frente del Dépor y quiere llegar a 2010 porque así cumplirá medio siglo como presidente de un club de fútbol. Debutó en el Ural en 1960

Augusto César Lendoiro acaba de cumplir dos décadas al frente del Deportivo. Sólo Manuel Ruiz de Lopera, el dueño del Betis, le sigue con cuatro mandatos menos. "Y si no se tiene en cuenta que cada poco Manolo se retira a la segunda fila", advierte mientras se disculpa por llegar tarde al restaurante Playa Club, propiedad del Dépor desde 1999. "Estuve toda la mañana con negociaciones muy importantes para el club. No puedo decir más porque sabrías tanto como yo".

Durante la comida, despistará levemente su férrea defensa. Ha estado de bancos. La deuda del Deportivo asciende a 144 millones de euros, y pese a todo no se muestra muy preocupado. "Es una deuda a largo plazo, a ocho años, pero puede ser a 20 si llega un gran inversor y la avala o la salda. Nuestro problema es que el inmovilizado, la plantilla, tiene un valor de 130 millones de pesetas según tasación de la Liga de Fútbol Profesional y el capital social es de 9. Si los propietarios no pusieron ese dinero para tener una gran plantilla que ganó una Liga y dos Copas del Rey alguien tuvo que hacerlo y fueron los bancos. No hay más misterios contables", se defiende.

La deuda del Dépor asciende a 144 millones, pero no se muestra preocupado
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En la "tercera lección", como llama al nuevo rumbo del club centrado ahora en sacar jóvenes de la cantera en vez de tirar de talonario, los objetivos son otros. El Dépor ya no parte como candidato a ganar la Liga. Aspira a mantenerse sin apuros. "Estamos reduciendo la deuda. La próxima temporada no, pero el presupuesto para la siguiente no será de 70 millones, sino de 40".

En el comedor privado que utiliza para reunirse se sienta siempre de espaldas a la ensenada de Riazor para dejar el mar de frente a las visitas. La solapa de su chaqueta luce el escudo del Ural, club que fundó con quince años y del que fue a la vez presidente, entrenador, jugador y utillero. "El mérito no es llevar 20 años en el Dépor. Mi ilusión es cumplir 50 ininterrumpidos como presidente de fútbol y me faltan dos". Para Lendoiro, esa experiencia es una de las claves por las que el Dépor lleva 18 años en Primera después de permanecer otros tantos en el olvido de Segunda. "Por mucho dinero que haya, no conoces el fútbol si no lo has mamado desde la base. Mira el Zaragoza. Descendió cuando fichó para estar en UEFA.

La subsistencia del Dépor pasa por continuar a dieta presupuestaria y luchar denodadamente por la categoría o por la llegada de un gran inversor para apuntar otra vez a grandes objetivos. Mientras anuncia decenas de contactos, en los mentideros coruñeses se dice que va de farol. "He hablado con inversores de capital inglés y americano, con un grupo gallego, con gente de México y Venezuela. España es el segundo mercado más atractivo porque en Inglaterra hace falta muchísimo dinero y el mercado está agotado". Quien no parece cansado es Lendoiro, que quiere aguantar a la caña del barco dos temporadas más. Pero reclama "que las instituciones se involucren o lo lamentarán cuando uno de nuestros grandes patrimonios deje de pertenecer a gallegos".

Collar de Sargadelos y libros para fichar a Bebeto

En el comedor privado desde el que Lendoiro repasa sus 20 años al frente del Dépor se han vivido negociaciones durísimas. Tiene fama "merecida" de trasnochador. "La noche me gusta mucho por la tranquilidad". Se decía que era una treta. Negociaba con representantes hasta altas horas para que rebajasen sus pretensiones por cansancio. "No es por eso, pero hay fichajes que si no insisto durante toda la noche, no se hubiesen hecho como el de Guardado. Estuvimos desde las diez de la noche a las once de la mañana. Así conseguimos cerrar el contrato y adelantarnos al PSV.

Larga fue también la negociación del último en llegar, el otro mexicano, Omar Bravo". Habrá más noches toledanas. Espera ofertas por Coloccini para "tener miñoca" con que salir de pesca. "Está todo parado", lamenta Lendoiro, que no ha recibido ofertas por el central argentino.

Es moneda de la casa que el presidente asuma personalmente las negociaciones. Recuerda con especial cariño el viaje a Brasil para contratar a Bebeto y a Mauro Silva, los cimientos del Súperdepor, cuando nadie acudía al caladero brasileño porque se consideraba que estos futbolistas no resistían el nivel competitivo de Europa. "Soy un enamorado del fútbol brasileño. A Bebeto nos costó convencerlo. Le llevé libros de A Coruña para que comprobase que tenía un aire a Río y un collar de Sargadelos a su mujer. Mauro firmó el contrato que yo mismo redacté en una camilla durante el descanso de un partido. El vestuario estaba lleno de velas e imágenes de santos".

Un diez para Valerón

En un camino tan largo, también hubo decepciones. "Lamento que Eto'o no quisiese venir cuando lo tenía firmado con el Madrid en la operación de Flavio. El Madrid pagaba 3.100 millones de pesetas, Eto'o, tasado en 1.000 y dos partidos en Riazor. Pagaron 4.100, pero fue una pena". Pena también siente cuando se le menciona a Fran: "Es increíble que el capitán reclame el descenso del club si no se le pagaba como él pretendía, cuando llevaba 20 años cobrando de la misma manera". A Valerón, sin embargo, lo asciende a los altares. En su día dijo que era mejor que Zidane y lo mantiene. "Y como persona, un diez. En lo más alto de su carrera nunca se le ocurrió pedir mejoras en la ficha".

Veinte años con alegrías y decepciones enormes. La mayor, según Lendoiro, no haberse clasificado para la final de la Liga de Campeones. "Todas las instituciones se habían subido al carro", concluye.

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