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EUROCOPA 2008 | Cuartos de final: España-Italia
Columna
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El valor de lo intangible

Cuando se habla de un enfrentamiento entre Italia y España, lo importante no está a priori en el césped, en la táctica, en la estrategia, sino en lo intangible. Lo importante es lo intangible, que no es otra cosa sino lo que diferencia a los italianos de los españoles. La cuestión radica en que Italia, si las cosas se tuercen, siempre piensa que acabará clasificándose y España, por el contrario, en que no hay nada que hacer. Ahí radica la diferencia que explicaría muchas de las derrotas cosechadas en las últimas décadas más que la calidad de las respectivas plantillas o el desarrollo del juego. España afronta las grandes citas con la obsesión de demostrar que tiene un estilo válido para jugar y para ganar, como una reválida no sólo de su juego en el torneo, sino con el peso de toda la historia en su contra. Italia tiene la historia a favor y España en contra. El jugador español sabe que no sólo tiene que ganar a Italia, sino que tiene la obligación de doblegar ese designio histórico.

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Hasta ahora se ha afrontando ese trauma con un estilo triunfalista, ese sobreánimo de considerar que somos los mejores, que jugamos bien, que esta vez sí. Ahora se advierte una cierta moderación ambiental en el sentido de ponderar a la selección, pero inmediatamente se recuerda que no se ha hecho nada todavía como si se quisiera ponderar también los efectos de un posible batacazo.

Los estados de ánimo son diferentes y la trayectoria de ambas selecciones también, lo que admite muchas lecturas. Lo intangible le ha hecho ganar a Italia muchos partidos. De Italia sabemos que no se entrega nunca; que, si llega la adversidad, ellos siempre pensarán que salen a flote; que se clasifican mientras España tenderá a la depresión y el fatalismo. Y sabemos que Italia saca muchísimo partido a los minutos finales de las grandes citas, tanto para remontar como para defender el resultado, incluso apelando a la táctica del murciélago, sin ningún rubor, con el fin único del objetivo logrado. España está obligada a ganar alguna vez a Italia y conseguir algún torneo que acredite su buena apuesta futbolística. Italia está obligada a ganar y punto. Y ese punto incluye esos valores intangibles que le han dado tantos triunfos, tantos éxitos, más o menos merecidos, pero que le definen siempre como un candidato a todo.

España, en esta Eurocopa, es mejor que Italia, tiene mejores futbolistas. Sin hacer un recuento exhaustivo, basta fijarse en el centro del campo para convenir que España es mejor. Y, encima, Italia no puede contar con Pirlo, el mejor futbolista italiano, ni con Gattuso. Pero es que, además, Italia tiene a Luca Toni, que es un delantero fuerte y peligroso. Pero a la selección de Donadoni le va a costar parar a dos delanteros como Villa y Torres. Por el contrario, el trayecto de España en la fase previa ha sido impoluto. Pero el de Italia ha resultado más duro. Italia ya sabe lo que es perder y jugarse la clasificación en un partido contra Francia. Vamos, que está entrenada para la fase definitiva. Italia ya ha puesto a prueba su intangible, pero España puede oponer su mejor juego frente a ese espíritu agonístico que bien define el fútbol italiano.

A diferencia del entorno ambiental, que siempre teme a Italia como un nublado que amenaza lluvia, los actuales jugadores españoles son futbolistas acostumbrados a ganar, que seguramente no forman parte de ese entorno temeroso que siempre rodea a España en las grandes citas. Lo único que ocurrirá es que no será un partido fácil de gobernar, quizás más definido por la ida y vuelta, en el que el acierto individual puede marcar el paso. Y eso es un valor absolutamente tangible.

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