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Entrevista:EL RETROVISOR | Iñaki Eizaguirre | EUROCOPA 2008

"Los porteros de hoy no blocan"

El meta español en el Mundial de Brasil 1950 hizo debutar al padre de Pepe Reina

Agustín Eizaguirre, portero de la Real Sociedad de 1912 a 1925, estuvo en los míticos Juegos Olímpicos de Amberes 1920, pero regresó a casa antes de que terminaran para atender los negocios familiares y por considerar que la portería española estaba bien cubierta por un chico llamado Ricardo Zamora. Nunca fue internacional. En su partido de despedida, el 1 de enero de 1927, posó para la posteridad con el primer capitán de la selección, Belauste, y un niño vestido de la Real. Su hijo, Iñaki Eizaguirre (San Sebastián, 1920), enseña con orgullo, a sus 87 años, esa fotografía. "De chaval, cogía un balón de la armería que tenía mi padre y me iba a la playa de la Concha", recuerda; "entre los palos de los toldos imaginaba estiradas imposibles. Cuando regresaba a la tienda, lo limpiaba y lo volvía a poner en el escaparate".

"Guantes... ¿Por qué? ¿Te los pondrías para acariciar a una mujer? Hay que tener tacto"
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Iñaki Eizaguirre tiene desde niño una obsesión, el balón: "El jugador de campo debe igualar o superar la velocidad del contrario. El portero debe igualar o superar la velocidad del balón. Por las noches, aún sueño con balones que se me escapan o con paradas imposibles". Todavía recuerda la jugada que marcó su vida profesional. Fue en el primer partido del Mundial de Brasil 1950 frente a Estados Unidos. El balón le botó mal, le dio en el hombro y fue dentro. En el segundo, el titular fue Ramallets. "El árbitro Pedro Escartín escribió a la FIFA para decir que los balones de aquel Mundial eran en su mayoría defectuosos. Eso me tranquilizó bastante..., y eso que ganamos el partido".

Aquel bote desgraciado hizo que no dejara nada a la improvisación. "Cuando jugaba en Osasuna [entre 1956 y 1960], cargaba dos sacos de arena de la playa de La Concha en el coche y la tarde antes del partido los echaba en las áreas con un rastrillo. Media hora antes del encuentro salía al campo con una regadera y reblandecía la zona donde iba a impactar".

Esa meticulosidad y esa profesionalidad extrema hicieron que jugara 19 temporadas en la Primera División: "Hoy en día, los porteros no blocan. Y no entiendo el porqué. Tampoco entiendo lo de los guantes. ¿Te pondrías guantes para acariciar a una mujer? Un portero debe tener tacto".

En sus años de profesional, jamás fue amonestado por ningún colegiado. "El único que me sacó de mis casillas fue Di Stéfano. Un día salí corriendo hasta el medio campo y le dije que hiciera el favor de callarse, que llevaba todo el partido insultando a mis defensas. No me hizo ni caso. Pero Alfredo ha sido el mejor jugador que he visto en mi vida".

Los triunfos deportivos en el Valencia, entre 1942 y 1950, cuando consiguió tres Ligas, una Copa y dos Trofeos Zamora, no le cegaron. Iñaki regresó para jugar en la Real cuando estaba triunfando con los levantinos. "Aquella marcha, en Valencia, no la entendían. Yo allí lo tenía todo. Pero mi padre me necesitaba en casa, en San Sebastián. Él renunció a una medalla olímpica en su día. Yo ni lo dudé. Cuando más tarde lo expliqué, en Valencia me entendieron. La familia siempre ha sido y será lo primero. Ésa es mi educación".

"Como entrenador estuve en muchos equipos. Todavía recuerdo cuando hice debutar en 1964 a Miguel Reina [el padre del meta del Liverpool] en el Córdoba frente al Elche. Le dije: 'Es usted el tercer portero, pero creo que está preparado para debutar'. Y él me dijo con su acento cordobés: '¡Tire usté p'alante!'. Cinco años después debutó con la selección. En mi época de técnico, en los años sesenta, mi esposa, Carmen, estudiaba estadísticamente a los rivales y los martes me daba una hoja en la que estaban anotados todos los detalles de los equipos contrarios jugador por jugador. Si allí rezaba que uno había marcado un penalti por la derecha, yo le decía a mi portero que se tirase por la derecha porque volvería a tirarlo por allí. El que marca nunca cambia. El que falla cambia la dirección en el siguiente. Mi mujer ha sido una precursora en esto de las estadísticas".

Iñaki Eizaguirre, en el partido Portugal-España clasificatorio para el Mundial de 1950 y en 2006 en Valencia.
Iñaki Eizaguirre, en el partido Portugal-España clasificatorio para el Mundial de 1950 y en 2006 en Valencia.SANTIAGO CARREGUÍ

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