Deluxe o la fuerza del pop

Cada canción se convierte en un juego mental en el que va fijando todo lo que ve y ya se sabe que los compositores poseen el don de ver cosas donde no las hay. "Humanizas un objeto o creas una historia", asegura Deluxe, nombre artístico del músico gallego Xoel López, compositor prolífico y autor de cinco discos con los que se ha instalado en el panorama del pop como uno de los artistas más relevantes. Su fecundidad como creador le ha llevado a editar dos CD en menos de un año. Fin de un viaje infinito, el primer trabajo firmado para una multinacional, después de ser descubierto por el sello indie Mushroom Pillow, se publicó en marzo de 2007, y ya suena Reconstrucción, su nuevo trabajo con 15 temas y un DVD, con el que realiza una gira por toda España y que le llevará en septiembre a Argentina y México. "Los últimos dos años no he parado; se trata de actuaciones esporádicas pero constantes. Entiendo que se trata del precio a pagar para mantenerse en el mercado con un tipo de música". Ahora se lo monta de manera más profesional. Llega a los sitios, toca y se marcha. "Ya no salgo de gira en busca de experiencias nuevas". A sus treinta años, Deluxe ha aprendido que no es bueno sentarse a componer si no tienes algo que decir. "Me levanto y pienso en canciones", añade el cantante, que dejó hace dos daños su Coruña natal para instalarse en Madrid en busca de un futuro como músico. El café y el tabaco no faltan sobre su mesa, se pone los cascos, enciende el ordenador y busca la melodía con la guitarra o el piano. Prefiere utilizar la música para exorcizar cosas o, como él dice, "para de quitárselas de encima". Hace apenas una semana, al regresar a su apartamento, en la zona de Ópera, se puso a narrar la vida de Rosa. Así fue como bautizó a la pianista a la que acababa de escuchar en un bar. Se dio cuenta de que tenía una canción cuando escuchó cómo interpretaba ese clásico popularizado por Edith Piaf que se titula La vie en Rose. En vez de tomar notas en una servilleta de papel y guardarlas en el bolsillo del vaquero, optó por recrear la historia en la soledad de casa. "Necesito sentirme tranquilo y saber que dispongo de tiempo para trabajar sobre un borrador inicial en el que vuelco todo lo que siento y que luego voy recortando a mi gusto hasta tener la letra completa". Su trabajo no es sólo componer sino ser músico. Como muchos artistas de su generación, empezó a cantar en inglés -"fui una víctima de los noventa"- porque en el territorio de la música underground "era lo más auténtico", pero a partir del tercer disco empezó a meter letras en castellano y ahí sigue.