El minuto de Scolari
El técnico brasileño impuso al Chelsea que su fichaje se anunciara sólo cuando Portugal se clasificara para los cuartos
"El Chelsea tiene el placer de confirmar que Luiz Felipe Scolari será el nuevo manager del club a partir del 1 de julio de 2008. Tiene grandes cualidades, es uno de los mejores entrenadores mundiales, sabe obtener lo mejor de los jugadores y sus ambiciones se corresponden con las nuestras. Es una elección excepcional". Un minuto después de confirmarse la derrota de Suiza ante Turquía, resultado que suponía la clasificación de Portugal para los cuartos de final después de su triunfo sobre la República Checa, el club de Roman Abramóvich anunciaba la contratación de Felipão. No especificaba que el contrato será por dos o tres años, a razón de 6,3 millones de euros netos por temporada.
Carvalho: "Tiene una gran personalidad y un fuerte ascendente sobre los jugadores"
Dos vías se abren a varios internacionales: el club inglés o el Inter de Mourinho
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Así se establecía en el pacto que la entidad de Londres y el técnico brasileño (Rio Grande do Sul, 1948) habían cerrado hace una semana. Apremiado por una situación de interinidad nada recomendable en una de las instituciones más poderosas del fútbol, sobre todo después de prescindir del israelí Avram Grant, el Chelsea necesitaba difundir cuanto antes el nombre de su nuevo entrenador. Y el de Scolari suponía el mejor golpe de efecto, máxime tras el excelente papel de Portugal. El técnico sólo puso una condición: su fichaje no se anunciaría hasta que su selección se hubiera clasificado aritméticamente para los cuartos, de ahí que el anuncio se produjera 60 segundos después de la derrota de Suiza en el segundo partido de la jornada, no tras la victoria de Portugal en el primero.
Felipão, como se conoce a Scolari, hablaba en serio, bien que lo sabe el Benfica. El club lisboeta anunció durante la Eurocopa de 2004 que Scolari sería su técnico y el suramericano rompió el acuerdo porque había pactado que no se comunicaría hasta que acabara el torneo. Scolari nunca se ha opuesto a que los internacionales cierren sus contratos en mitad de un torneo de selecciones, y menos cuando prácticamente todos los jugadores y el propio seleccionador comparten como agente a Jorge Mendes. Lo que le disgusta es el mercadeo. En este sentido, se siente incómodo por la situación de Cristiano Ronaldo, Moutinho y Deco, que ayer negociaba la rescisión de su contrato con el Barcelona.
Scolari reunió a sus jugadores después del comunicado del Chelsea para explicarles su marcha. Aclarada su situación, el técnico canceló las actividades previstas para ayer y los internacionales gozaron de un día de asueto. El último partido de la primera fase, frente a Suiza, es tan intrascendente que facilita los asuntos personales a quienes viven intranquilos por su futuro a corto plazo. A la mayoría de los internacionales se les abren ahora dos vías: el Chelsea de Scolari o el Inter de José Mourinho con Mendes como croupier.
"Nos sorprendió la noticia", afirmaron Ricardo Carvalho y Paulo Ferreira, que coincidirán con Scolari en el Chelsea; "es un entrenador fantástico, con una gran personalidad y un fuerte ascendente sobre los jugadores". Pepe precisó: "Es un padre para nosotros". Simão particularizó: "Es muy directo. Te anima siempre y saca lo mejor de cada uno". Deco apostilló: "Es un entrenador verdadero. Quienes trabajan para él dan su vida para complacerle". Y Cech, portero del Chelsea, remachó: "Tiene carisma y experiencia. Estoy impaciente por trabajar con él".
Entrenador de equipos como el Gremio o el Palmeiras, con los que ganó la Copa Libertadores, Scolari se proclamó campeón mundial con Brasil en 2002 y desde 2003 dirige a Portugal. Felipão es prácticamente un héroe en Portugal y figuras como Johan Cruyff le dedican honores por el juego que exhiben sus pupilos: "De los 16 equipos, sólo el de Scolari juega y abre el campo con extremos y quiere siempre la pelota".
Finalista de la pasada Copa de Europa y segundo en la Premier, el Chelsea necesita títulos y el currículo del llamado sargento de hierro los avala aunque su populismo, a veces su cuestionable sentido táctico o sus pleitos con las figuras, como con Romario en 2002 o Víctor Baía, le comprometan.
A través de un comunicado, la federación portuguesa le dio las gracias. Scolari, cuyo parecido con Gene Hackman ha sido siempre muy comentado, era consciente de que sus relaciones con el presidente, Gilberto Madail, se habían deteriorado desde que supo que se planteaba rescindir el contrato por agredir en 2007 al sevillista Dragutinovic en un partido contra Serbia. Personal e intransferible, así es Scolari.
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