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Reportaje:EUROCOPA 2008 | Alemania-Croacia

Metáforas frente a patriotismo

Alemania se motiva con símiles deportivos y Croacia recurre a exaltaciones nacionalistas

La selección alemana recorre Austria en un autobús adornado con un lema: Bergtour, es decir, tour de montaña. Es lo que los jugadores germanos esperan que sea para ellos la presente Eurocopa: una alta y empinada montaña que logren coronar el día 29 en el estadio Ernst Happel, de Viena, en la final. El seleccionador, Joachim Löw, y el director deportivo, Oliver Bierhoff, se subieron el pasado 25 de mayo al pico más alto de Alemania, el Zugspitze, de 2.962 metros, en la frontera con Austria, para dar la lista de los 26 elegidos para el torneo, que una semana después se convertirían en 23. Nada es casual. Los preparadores alemanes, orientados por un psicólogo, buscan la motivación óptima de sus futbolistas, el estado anímico perfecto, a través de metáforas de otros deportes que requieran de grandes esfuerzos, de una fuerte carga épica.

El técnico germano dio la lista para el torneo en el pico más alto del país
Tras vencer a Austria, Bilic, el croata, puso un tema de un cantante 'fascista'
Croacia en Austria y Suiza
Alemania en la Eurocopa

Mientras tanto, el pasado domingo, después del partido ante Austria, el seleccionador croata, Slaven Bilic, puso música en el vestuario. En concreto, una canción dedicada a la belleza de la patria, del cantante Marko Perkovic, alias Thomson, conocido por sus polémicas letras de nacionalismo enfervorizado con tintes fascistas. Llena de referencias a la patria, la bandera y la tierra, la música de Thomson es considerada por algunos una apología de los ustashi, los fascistas croatas que apoyaron a los nazis en la Segunda Guerra Mundial. En mayo, el técnico, que también es cantante, pidió en un concierto a su público que rezara por el general Mirko Norac, condenado a siete años de cárcel por participar en los crímenes cometidos por el ejército croata contra ciudadanos serbios en 1993.

Antiguo camarero, Perkovic se hizo famoso en 1991, cuando, como combatiente de unidades independientes croatas en la guerra contra los serbios, compuso una canción patriótica y se puso como apodo la ametralladora tipo Thomson que llevaba en los combates. Sus conciertos han sido prohibidos en varios países europeos. "¿Bilic? Es patriota, sí, pero apolítico", explicaba ayer Robert, un periodista croata que sigue a su selección. "No sólo les pone música de Perkovic, sino también de otros cantantes", añadió.

Desde la Segunda Guerra Mundial, los periodistas deportivos alemanes no emplean en sus narraciones terminología bélica, tan extendida entre los informadores españoles. Nada de fusilar, ejecutar o aplastar para referirse a un penalti, un disparo o una victoria. Es un tabú. Ni los periodistas ni los preparadores de la selección, por supuesto, que prefieren recurrir a las metáforas. "Esto es sólo la primera etapa de una vuelta ciclista", dijo Löw el domingo tras vencer a Polonia (2-0) con una actuación muy convincente.

La autoestima está por las nubes en el combinado germano, que desprende un optimismo contagioso. Confía en las buenas vibraciones que transmiten el capitán, Ballack; el mediocentro defensivo, Frings, y el delantero Podolski, que marcó los dos goles. Asimismo, el Bayern de Múnich se ha interesado por la situación del delantero de origen español Mario Gómez, del Stuttgart.

Las carencias de la Nationalmannschaft, mientras tanto, se esconden bajo la alfombra. La lentitud en el centro de la defensa de Metzelder o la inseguridad en la portería de Lehmann, en un segundo plano. Además, si los periodistas le critican, el defensa del Madrid tiene la respuesta adecuada: "En todos los torneos pasa lo mismo: me criticáis y acabo jugando bien".

Croacia, en cambio, llega a la cita de hoy con el ánimo maltrecho. Su victoria ante Austria tuvo mucho de fortuna y poco de juego. La insatisfacción se extiende entre el técnico, los jugadores y la numerosa hinchada. Nada que ver con el estilo tan definido de los croatas en la fase clasificatoria: posesión del balón, combinaciones rápidas y juego de ataque. Modric, su principal estrella, sólo brilló un cuarto de hora. Y los delanteros, Olic y Petric, apenas intervinieron. A Croacia le pesa la ausencia del goleador lesionado, Da Silva. Tan sólo les cabe esperar que hoy las canciones patrióticas surtan efecto.

Slaven Bilic celebra el gol de Croacia a Austria en el primer partido de su grupo.
Slaven Bilic celebra el gol de Croacia a Austria en el primer partido de su grupo.REUTERS

Alto riesgo entre conocidos

"Si perdemos, puedo imaginar las mofas cuando regresen a sus clubes", afirmó ayer el capitán Niko Kovac sobre los seis balcánicos -Simunic, Rakitic, Robert Kovac, Kalinic, Klasnic y Petric- que juegan en la Bundesliga. "A mí, al menos, me habría avergonzado volver a Salzburgo de haber perdido contra Austria en el partido inaugural", comentó el croata, del Red Bull, austriaco.Croacia desea romper su mala racha contra Alemania (una victoria en siete partidos), y repetir así su único éxito contra los teutones; el 3-0 en cuartos del Mundial 98 que les llevó a las semifinales. "Ya decidí el once, pero mi duda es táctica", declaró el seleccionador Bilic, que en aquel triunfo en Francia hacía pareja en la zaga con Simic, su actual pupilo. "Si ganamos seremos aspirantes al título, porque quien gana a Alemania, es capaz de ganar a cualquiera", puntualizó el ex central del Karlsruhe.El encuentro ha sido calificado de alto riesgo por la policía austriaca. Unos 3.000 agentes tomarán Klagenfurt para evitar incidentes entre los 40.000 seguidores croatas y la afición alemana, de los que 157 ya fueron detenidos tras el Alemania-Polonia del pasado domingo.

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