Una pelea con hachas agrava la tensión entre neonazis y 'redskins'
Una pandilla de encapuchados ataca a un grupo de 'skinheads' en San Blas
Los radicales de izquierdas volvieron ayer a la carga armados con bates y hachas. Fue minutos antes del mediodía en la plaza de Grecia (San Blas). Un grupo de encapuchados agredió a cinco jóvenes neonazis con bates de béisbol, cadenas y un hacha. Las víctimas se dirigían a un campeonato de fútbol organizado por el grupo fascista Combat España.
La pelea fue muy rápida. Todo ocurrió en apenas 90 segundos, según varios testigos. Tres vehículos se detuvieron. De ellos salieron una docena de jóvenes encapuchados y armados hasta los dientes. Sin mediar palabra, la emprendieron a golpes contra cuatro chicos y una chica que vestían camisetas con símbolos nazis y que se encontraban junto a los coches. Uno de los jóvenes, de 19 años, recibió sendos hachazos en el brazo izquierdo y el tobillo derecho. Otro, de 20 años, fue apuñalado en el gemelo de su pierna izquierda.
Los otros heridos presentaban contusiones en cabeza y espalda a causa de los golpes recibidos.
La violencia entre grupos neonazis y de extrema izquierda crece en la región desde el asesinato, en noviembre, del joven de 16 años Carlos Javier Palomino en la estación de metro de Legazpi. Un hombre mató a Palomino cuando acudía a protestar contra una manifestación xenófoba.
Fuentes policiales aseguraron ayer que las investigaciones sobre la agresión se centraban en un grupo de radicales de izquierda. Y confirmaron que las peleas entre miembros de estos grupos son cada vez más frecuentes en la ciudad. El enfrentamiento de ayer se produce una semana después de que miembros de extrema izquierda y de extrema derecha protagonizasen un violento encontronazo en el centro de Madrid. Entonces, grupos de radicales de izquierda acudieron a la Puerta del Sol para boicotear una manifestación del partido ultraderechista Democracia Nacional. En marzo, otra manifestación de corte fascista, en este caso organizada por los grupos Combat España y Nación y Revolución, fueron la espita de otro enfrentamiento en Lavapiés con la policía. En enero, un grupo de punkis apaleó con bates de béisbol a un joven cabeza rapada en Villaverde.
Los encapuchados se ensañaron también con los vehículos, repletos de banderas de España y símbolos fascistas. Uno de ellos, un Ford Fiesta gris, quedó destrozado. Consumada la agresión, el grupo volvió a subirse a los coches y huyó a toda velocidad, saltándose los semáforos que encontraron a su paso. Un vecino de la zona, que conducía su taxi cuando ocurrieron los hechos, apuntó la matrícula de uno de los vehículos. La cocinera de un bar cercano fue la primera en atender a los heridos. "Le he hecho un torniquete en la pierna a uno de los jóvenes con el delantal", explicó a mediodía de ayer. El Samur trasladó al resto de los heridos al hospital Ramón y Cajal, según Emergencias Madrid.
Los testigos destacaron la extrema violencia con la que se emplearon y la rapidez con la que actuaron los agresores. "Parecía una escena de La matanza de Texas", explicó un vecino del barrio. Mientras, la policía científica rastreaba el lugar en el que se produjeron los hechos, en el que aún a primera hora de la tarde podían verse rastros de sangre.
En la tarde de ayer, agentes de la Brigada de Información vigilaban el entorno de la calle Esfinge, en el que se desarrollaba el torneo de fútbol organizado por Combat España al que se dirigían los cinco jóvenes agredidos. En las calles aledañas, hasta dos dotaciones de antidisturbios protegían la zona.
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