Redondela mueve los hilos
25.000 espectadores ratifican el éxito del Festival Internacional de Títeres
"Mamá, ese señor está loco", exclama una pequeña espectadora frente a la extraña criatura, más grande que ella, que gira sobre sí misma con tal desenfreno que hace peligrar las antorchas encendidas que sostiene en sus manos. El espectáculo llegado desde Sri Lanka mantuvo en vilo al público que atiborró la plaza del Concello de Redondela en cada uno de los cuatro pases que realizaron a lo largo del pasado fin de semana. Al son que marcaban tres músicos en directo, los manipuladores se afanaban en mover las marionetas de hilo que, por su gran tamaño y peso, en ocasiones necesitaron de cuatro manos para acompasar sus movimientos, basados en danzas populares y de carácter religioso.
Las marionetas y los personajes fantásticos tomaron calles y plazas
La concurrencia masiva obligó a muchos a soportar largas esperas
"Muy bien", les aplaudía Iván, de cinco años, animado por sus padres a felicitar a los actores en inglés. Mereció la pena el viaje de 48 horas y los dos meses previos de negociaciones consulares para que la compañía del Traditional Puppet Art Museum de Piliyandala, en el país asiático, estuviese presente, por primera vez en España, en la novena edición del Festival Internacional de Títeres que ayer recogió las anclas hasta el año que viene.
Después de programar funciones para escolares y representaciones abiertas al público en el Auditorio Municipal desde el pasado lunes, las calles y plazas de Redondela se convirtieron en escenario de fin de semana para marionetas, títeres y toda clase de personajes fantásticos. Todos los recovecos del casco viejo, los jardines de la Alameda y la pista de A Xunqueira se convirtieron en zona franca para compañías llegadas desde El Salvador, Chequia, Dinamarca, Argentina, Cataluña, Francia, Reino Unido, Brasil, Portugal y Australia, además de las estrellas asiáticas. No es de extrañar que unas 25.000 personas, según los cálculos de los organizadores, acudiesen a la oportunidad de disfrutar de una programación extensa y, en su mayor parte, gratuita.
La concurrencia masiva de público durante el sábado y el domingo obligó a muchos a soportar largas esperas a fin de conseguir un asiento en las representaciones al aire libre. Hasta los niños fueron capaces de aguantar el tirón y, entre la merienda y juegos improvisados en medio del aforo, esperaron con paciencia la salida de los sorprendentes actores. El elegante lobo trajeado que contaba las historias de una lobita astuta con títeres de vara y mucha interacción con el público de la plaza do Conservatorio Vello no arrancó ningún lloro. Al contrario que los enormes martillos que blandían los payasos del carrillón ideado por los catalanes La Tal, quienes movieron los engranajes de un reloj gigante y, al mismo tiempo, los circuitos secretos de algunas lágrimas infantiles.
Los más valientes incluso se atrevieron a seguir al dragón de los portugueses Criadores de Imagens, autores de un espectáculo itinerante capaz de incorporar a varios centenares de personas en su troupe. La alegre tarasca pudo completar su recorrido con tranquilidad sin la amenaza de la Coca, el dragón mitológico que unos redondelanos de leyenda vencieron en tiempos remotos. La batalla dio lugar a una de las fiestas más populares en Redondela, pero su celebración, hace unos días, se vio empañada por la lluvia de mayo.
Sólo los títeres se salvaron del chubasco, por lo que la meteorología no explica por sí misma que las entradas para las funciones a cubierto también se agotasen a velocidad de crucero. Y, para cualquiera que se quedase sin sitio, existió el recurso de dejarse contagiar por el ambiente festivo que predominó a todas horas y que se debió, en buena medida, a los estilos desenfadados y a las versiones hilarantes de clásicos diversos y temas populares interpretados por la Charanga Apeles, de Barro, y The Turre's Band, de Mos.
Los directores artísticos del festival, la compañía redondelana Tanxarina Títeres, procuran que el éxito no se les suba a la cabeza. "Esta explosión se debe al trabajo de todos los que integran la asociación Xente Titiriteira, donde están representados muchos colectivos que mueven Redondela todo el año", explica Miguel Borines, uno de sus miembros, quien destaca la implicación de los comerciantes de la localidad para, entre todos, obrar el milagro de la bendición del público. "Por el momento, el festival es un faro con el que mucha gente se percata de lo mucho que le gustan los títeres; nosotros seguimos trabajando para que haya títeres todo el año y pasemos de faro a crisol".
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