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Tribuna:Laboratorio de ideas
Tribuna
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Es un cambio de ciclo necesario

La utilización de la palabra crisis para describir el momento actual de la economía española no debería asustar. El concepto de crisis ha sido utilizado de muy diversas maneras. La cultura china reúne en esta palabra dos términos lingüísticos que desde nuestro punto de vista podrían parecer contrapuestos: riesgo y oportunidad. Es decir, además de señalar la incertidumbre refleja la oportunidad de un cambio fructífero. En la Grecia antigua se utilizaba el concepto de crisis como punto de inflexión y momento de decisión en una situación determinada, normalmente en relación con la guerra (Tucídides). También en el terreno de la medicina, Hipócrates le dio un significado positivo que todavía hoy se conserva al hablar de la crisis de una dolencia o enfermedad.

La gran pregunta hoy no es si ya estamos en crisis sino si entraremos o no en un periodo de recesión

Todas estas acepciones permiten reflexionar sobre el cambio de ciclo actual de la economía española como un momento inevitable de ajustes y de oportunidades para reconducir el modelo económico de los últimos años basado en el consumo y la construcción hacia un nuevo modelo más sostenible que se base en el ahorro, la inversión y las exportaciones. Una de las preguntas del momento es la intensidad y duración de la crisis ya iniciada.

Para hacer una previsión, existen unas condiciones previas de carácter internacional que nos vienen dadas como variables exógenas sobre las que las autoridades españolas no tienen capacidad de actuación pero cuyas estimaciones son necesarias, introduciéndolas a modo de parámetros en cualquier ejercicio de previsión que se haga para los próximos años. Del comportamiento futuro de estas variables dependerá en gran medida el mayor o menor grado de acierto de las previsiones realizadas.

Así, si la evolución del precio del crudo se mantiene cercana a la hipótesis más utilizada actualmente (entre 130 y 140 dólares barril) o evoluciona hacia alguno de los extremos 100 o 200 dólares, los resultados serán diferentes de los previstos en los modelos que hayan utilizado. El tipo de cambio del dólar con el euro y otras monedas, difícil de predecir, será otra de esas variables exógenas que puede hacer fracasar cualquier predicción. Por último, la evolución de los tipos de interés a corto plazo tanto en Estados Unidos como en la zona euro, decididos por las autoridades monetarias, es otro condicionante fundamental para la evolución de la economía y el acierto/fracaso de las predicciones.

Otro aspecto previo para entender las predicciones es la referencia a los diferentes tipos de tasas utilizadas en la medición y previsiones de las economías en función del crecimiento del producto interior bruto (PIB). La tasa inicial y más sencilla es siempre la tasa intertrimestral, aquella que compara los resultados obtenidos en los indicadores de un trimestre con los del trimestre anterior. Esta tasa, que puede calcularse sobre datos desestacionalizados, nos marca el primer punto de referencia para cualquier análisis pero no debe ser confundida con aquellas cuya referencia temporal es el año. El crecimiento del PIB español en el primer trimestre de 2008 fue del 0,3% en tasa intertrimestral, es decir, respecto al cuarto trimestre de 2007.

Una tasa muy utilizada en los mercados financieros y en la medición de la economía de Estados Unidos es la tasa intertrimestral anualizada, es decir, la variación de un trimestre respecto al anterior elevada a cuatro. Es una tasa que maneja la hipótesis de lo que ocurrirá si durante cuatro trimestres la variable (PIB) se comporta de igual manera que el último trimestre. Este tipo de tasas exagera, en mi modesta opinión, el comportamiento del último trimestre, aunque puede ser esclarecedora de lo que puede ocurrir en el futuro cercano. Así, con los datos del primer trimestre de 2008, el PIB español presenta un crecimiento del 1,7% en tasa intertrimestral (0,3% elevada a 4).

Otro tipo de tasa es la llamada tasa interanual que compara un trimestre con el mismo trimestre del año anterior. Su variación no depende sólo de lo que ha ocurrido durante el último trimestre sino que refleja también los efectos de lo que ha ocurrido durante los cuatro últimos trimestres. Esta tasa refleja mejor la tendencia del ciclo pero está mucho más suavizada que la anterior. Cuando esta tasa marca un claro cambio de tendencia (dos o más trimestres) puede asegurarse que se está en un cambio de ciclo. En el caso de España, el crecimiento del PIB en tasa interanual desestacionalizada tuvo su punto máximo en el primer trimestre de 2007 (4,1%) y comenzó una suave desaceleración en el segundo y tercer trimestre (4% y 3,8%), que se acentuó en el último trimestre del año (3,5%) y especialmente en el primero de 2008 (2,7%). Aunque un crecimiento del PIB del 2,7% pueda considerarse satisfactorio, está claro que la contabilidad trimestral ha señalado claramente el cambio de ciclo.

Con la información histórica disponible más la que se va obteniendo de indicadores económicos parciales más adelantados, los analistas elaboramos nuestras previsiones incluyendo hipótesis sobre las variables exógenas. En la actualidad, a medida que los indicadores disponibles van confirmando una evolución peor que la de los trimestres anteriores las previsiones se van corrigiendo a la baja. Así, mientras la media de los analistas situaba en el mes de mayo el crecimiento del PIB en 2008 en el 2,2%, cercano al último escenario del Gobierno (2,3%), las nuevas previsiones que van apareciendo se sitúan en torno al 2% e incluso por debajo de esta cifra.

La gran pregunta en este momento no es si ya estamos en crisis sino si entraremos o no en un periodo de recesión y, en el supuesto de que no se llegue a esa situación, cuánto va a durar el periodo de desaceleración. Frente a las diferentes opiniones y posibilidades, me inclino a pensar que podemos estar en un cambio de ciclo necesario cuyo ajuste debería ser, además de inevitable, rápido (la famosa V), y que las autoridades deberían aprovechar para dejar que los estabilizadores automáticos actúen y, en todo caso, para impulsar la inversión productiva en infraestructuras, y especialmente en los sectores de la energía y el agua, tan necesarios para un crecimiento futuro más estable.

Carmen Alcaide es economista y ex presidenta del INE.

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