Diversas clases de ética
La semana pasada tuvo lugar uno de los acontecimientos sociales más importantes del mundo de los fondos de inversión alternativa; una conferencia que atrae más de 1.000 asistentes cada año y que se organiza en beneficio de un hospital especializado en el tratamiento del cáncer infantil.
En él coincidieron figuras estelares del mundo de la inversión, como Carl Icahn o David Einhorn, presidente de Greenlight Capital. Este último lanzó un ataque sobre las prácticas contables del banco de inversión norteamericano Lehman Brothers y reveló que había tomado posiciones vendedoras sobre el valor. Su conferencia recordaba otra del mismo tenor que dio hace seis años en el mismo evento, aunque en aquella ocasión atacando a Allied Capital, la empresa de capital riesgo con la que tuvo un largo contencioso reflejado en el libro que publica en estos mismos días con el título de Engañar a algunos todo el tiempo.
El 'activista' trata de influir en la vida y el gobierno de las empresas, a veces bajo la bandera de la ética
Lo curioso de la postura de David Einhorn es que corresponde a lo que en el mundo de la inversión financiera se conoce como activistas, un tipo de inversor que trata de influir en la vida y el gobierno de las empresas en las que toman posiciones, a veces bajo la bandera de la ética empresarial. Algo que es muy corriente en EE UU pero que aún no ha cuajado en Europa, salvo en los casos en que algunas empresas europeas se ven afectadas por la actitud combativa de algún fondo de inversión libre norteamericano. Un caso reciente ha sido el del banco holandés ABN Amro, en cuya venta al consorcio encabezado por Royal Bank of Scotland (y en el que participaba el Banco Santander) desempeñó un papel importante el hostigamiento por parte de algunos hedge funds.
En el libro, David Einhorn muestra su escepticismo sobre el grado de integridad de Wall Street, que acusa de "conspirar contra las empresas" a los que toman posiciones vendedoras sobre la cotización de los bancos de negocios en lugar de preocuparse por vigilar adecuadamente sus estados financieros.
Sin embargo, en esta ocasión el efecto de su discurso sobre la cotización de Lehman Brothers no tuvo ni de lejos el que consiguió en 2002 sobre la de Allied Capital, ya que, si entonces esta última cayó un 20%, la cotización de Lehman Brothers apenas se redujo al día siguiente de la conferencia en un 3%.
La parte más delicada de esta apuesta es que precisamente Lehman Brothers era el banco sobre el que arreciaron los rumores negativos los días 17 y 18 de marzo, cuando la Reserva Federal tuvo que organizar en EE UU, junto a JP Morgan, el rescate de Bear Stearns. Esta situación logró superarla Lehman Brothers gracias a la teleconferencia con analistas en la que su director financiero apareció seguro de sí mismo a la vez que convincente con sus argumentos. -
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