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La crisis del PP

El hermano de Juan Costa lleva en una caja 300 avales

Carlos E. Cué

En los partidos políticos es frecuente la presencia de familias enteras en distintos puestos de responsabilidad. Es algo habitual tanto en el PP como en el PSOE -uno de los principales asesores de Zapatero es su primo-. Pero la casualidad ha querido que sea precisamente Ricardo, el hermano menor de Juan Costa, único nombre que suena como candidato alternativo a Rajoy, quien se haya convertido en la mano derecha de Francisco Camps, el principal respaldo del presidente del partido. Ricardo Costa es el secretario general del PP valenciano, y como tal, ha sido el encargado de recoger todos los avales para Rajoy que su jefe, Camps, le había prometido en un mitin hace semanas. No contento con buscarlos, el presidente de la Comunidad Valenciana quiso entregárselos en mano a su líder en una demostración de poder interno. Y por eso se fue con Ricardo Costa hasta Valladolid, se lo presentó a Rajoy, y fue el hermano del gran rival interno del líder quien se encargó de entregar al jefe de la oposición los más de 300 avales recogidos en una caja. "Son más del 90% de los compromisarios de la Comunidad Valenciana. Y van todos a nombre de Rajoy", ironizaba Costa con la prensa cuando le preguntaron cuántos avales había traído. Camps anunció desde la tribuna que había llevado hasta Valladolid esos avales en el coche, pero aclaró que él no pide nada a cambio y Rajoy tendrá las manos libres para hacer la ejecutiva que quiera.

La recogida de avales antes del congreso de junio es considerada una cacicada por los rivales del líder, porque lo habitual es pedirlos durante el cónclave. Algunos de ellos, como Jaime Mayor, Juan Costa o la propia Esperanza Aguirre, no han firmado todavía su aval para Rajoy. Aún quedan avales libres para llegar a los 600 que necesitaría cualquier candidatura alternativa, pero la presión del aparato -son los gerentes provinciales quienes se encargan de recoger los avales- hace cada vez más difícil esa posibilidad. Sin embargo, en el entorno del líder insisten en que si finalmente hay una candidatura alternativa el aparato podría facilitar su presentación prestándole avales o limitando la exigencia del 20% de manera excepcional en este congreso con una norma específica aprobada durante su celebración.

La única comunidad autónoma en la que el equipo de Rajoy no se ha atrevido aún a pedir avales es Madrid, en una demostración clara de dónde está la verdadera oposición al líder del PP, algo que ni siquiera él oculta. Ni los dirigentes, diputados o alcaldes madrileños que son compromisarios han recibido mensaje alguno de Génova para que firmen los avales para Rajoy. En otros lugares conflictivos, como el País Vasco, la propia María San Gil sí avaló a Rajoy, aunque se negaron a hacerlo personas muy cercanas a ella como su jefa de gabinete, Olivia Bandrés, o la alcaldesa de Lizartza, Regina Otaola.

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