A un paso de la final soñada

Los Celtics ya están donde se les esperaba. Un paso por delante de los Pistons. A una victoria de la final soñada en la NBA: contra los Lakers. Pero tendrán que andar con pies de plomo a juzgar por la consistencia y los recursos de los Pistons, que rozaron una remontada impresionante tras haber ido perdiendo por 17 puntos (73-56) bien entrado el tercer cuarto del quinto encuentro de la final de la Conferencia Este. Las pasaron canutas para ganar los Celtics, que necesitaron una completísima actuación de su quinteto de lujo y un triple providencial de Ray Allen para poner el 3-2 en la serie.

Perkins hizo el partido de su vida, con 18 puntos y 16 rebotes; Allen entró en una erupción anotadora que le llevó a los 29 puntos, con cinco triples de seis intentos, y Garnett y Pierce estuvieron como suelen: excelentes.

Los Pistons plantearon un duelo muy abierto, de transiciones rápidas y notable producción ofensiva. Pero se estrellaron contra la voracidad en el rebote de los Celtics, con 17 capturas más, y la producción de Perkins, Allen, Garnett y Pierce. Con todo, no se abandonaron a su suerte. Al contrario. Demostraron la enorme consistencia del cuarteto formado por Billups, Prince, Hamilton y Wallace, que se conocen muy bien y a los que se ha añadido un joven Stuckey que parece que lleve toda la vida con ellos.

La presión final de los de Detroit estuvo a punto de hacer perder los nervios y el partido a los Celtics, cuyo banquillo fue un auténtico desastre con una aportación de sólo tres puntos y cinco rebotes en total: tres puntos y dos capturas de Posey y tres rebotes de Brown.

Los Celtics controlaron los rechaces desde el primer momento, aunque se dejaron sorprender por la velocidad de Billups y Hamilton en las transiciones. Perdieron demasiados balones los Celtics y sus reservas no aventaron su ataque. Por eso mandaron los Pistons durante el tramo inicial (25-33). A la que Pierce y Allen enchufaron un par de triples consecutivos y a la que Rondo empezó a controlar a Billups y el ritmo de juego, el partido cambió. Rondo sumó 13 asistencias y, por momentos, manejó el juego con pulcritud quirúrgica. Lo necesitó su equipo para no descomponerse ante la recuperación de los Pistons, que pasaron de tenerlo imposible a meterse de nuevo en la lucha. Rasheed Wallace, sin embargo, se dejó llevar por los nervios y fue castigado con una técnica, la sexta en estos playoffs, por lo que no podrá jugar el próximo encuentro. Fue demasiado losa para los Pistons.

La final de los árbitros

El juego subterráneo, las faltas y las decisiones de los árbitros están adquiriendo importancia en los playoffs. El final del cuarto partido entre los Spurs y los Lakers avivó el debate. Barry se levantó en el último segundo y Fisher cayó sobre él. ¿Falta?

No la pitaron. De haberlo hecho, Barry habría podido dar el triunfo a los Spurs. Gregg Popovich, su entrenador, dijo que él no habría pitado falta. Y eso que tenía un contencioso pendiente con el árbitro principal, Joey Crawford, que le señaló una técnica en la anterior serie ante los Hornets. Phil Jackson, el preparador de los Lakers, manifestó que él sí habría castigado la acción, aunque agregó que los árbitros se equivocaron antes al no dar 24 segundos de posesión a los suyos tras un lanzamiento de Fisher que tocó en el aro. Tim Frank, portavoz de la NBA, reconoció ayer que debió pitarse la falta.

Garnett pone a los Celtics a un paso de la gran final