Susto en la Zarzuela
El jinete José Luis Borrego sufre una parada cardiorrespiratoria tras caerse del caballo
Todo quedó en un susto. El jinete José Luis Borrego, de 30 años, sufrió ayer una aparatosa caída en el hipódromo de La Zarzuela, a las 11.45, tras finalizar la segunda carrera de la jornada. Borrego entró en parada cardiorrespiratoria y estuvo inconsciente en el suelo casi diez minutos.
El jinete -que ya había sufrido una rotura de fémur tras una caída en Lasarte en 2005- fue trasladado al hospital de inmediato. Allí se le practicaron dos TAC, que descartaron cualquier lesión más allá de una contusión en el rostro. "Está hecho polvo. Le duele la cara y tiene un ojo inflamado. Pero al menos está consciente. Es posible que mañana le den el alta", explica su padre, el ex jinete Matías Borrego.
"Pudo haberse relajado al cruzar la meta", sugiere Pablo Font, director de carreras del hipódromo madrileño. Lo cierto es que el caballo derrapó poco después de la llegada. Borrego -que ha ganado 155 carreras desde que empezó a competir con 14 años- cayó de bruces al suelo y, tras él, los 500 kilos de la potra alemana News. Entre los jinetes que volvieron la cabeza para ver lo sucedido estaba Matías, su hermano gemelo, que miraba nervioso a José Luis, en el suelo, inconsciente y atendido por el médico del hipódromo. A Borrego se le había parado el corazón.
La UVI móvil entró rauda en la pista. Los médicos le realizaron, según el parte, "un masaje indirecto en el corazón" y le recuperaron el pulso. Y el jinete "ya movía las extremidades antes de llegar al hospital", explica su padre, que le acompañó hacia el centro Puerta de Hierro, donde ingresó a las 13.15 semiinconsciente y con la cara hinchada.
Era la primera vez que Borrego montaba a News, de 3 años y propiedad de la cuadra Kebbir. "Es conveniente que jockey y caballo se conozcan antes de competir", dice Agustín Aulet, el dueño de la cuadra, "aunque lo de hoy ha sido verdadera mala suerte". El estado de la pista tampoco era el ideal; el hipódromo cuenta con operarios que tapan los hoyos al finalizar cada carrera. "Pero la hierba estaba muy alta, y la lluvia ocultó algunos", explica un amigo del jinete, en la puerta del centro hospitalario. "No es problema de la pista", replica Pablo Font. "Ésta es una profesión de riesgo; son cosas que pasan".
Un argumento que no consuela a su madre, Teresa. "Dejé de ver carreras tras su accidente en Lasarte", explica sobre la caída de José Luis en el recinto donostiarra. "Por mí que lo deje, pero dice que lo lleva muy dentro...". Tan dentro como su marido. O su suegro. O sus tres primos, también jinetes. "La saga de los Borregos...", suspira resignada.
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