Berga da inicio a la tradicional fiesta de la Patum

Los primeros petardos de Patum se dejaron oír anoche por las calles de Berga (Berguedà) en el tradicional passacarrers, que ya reunió a centenares de personas alrededor de músicas y bestiario patumaire. La Patum, la fiesta de fiestas de Cataluña, declarada Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, tendrá hoy su primera gran noche.

La plaza de Sant Pere, a los pies del edificio del Ayuntamiento, oirá el tabal marcando el ritmo ancestral y, a la música de la orquesta, els turcs i cavallets, los gigantes y los cabezudos, las maces, la guita gran y la guita xica (mulas coceadoras) y la majestuosa águila saldrán a la plaza para hacerse un pequeño hueco entre los centenares de jóvenes que abarrotarán el recinto. Al final de la primera parte de la fiesta, hacia la medianoche, la plaza se llenará de los plens, un centenar de hombres y mujeres cargados con un arsenal de fuets (cohetes) que convierten la plaza en un infierno de fuego, humo y olor de pólvora.

La Patum es una fiesta que tiene seguidores más allá de Berga y de las poblaciones cercanas. Millares de personas se desplazan cada año a la capital del Berguedà para pasar una noche única. Aunque, si se prefiere ver una Patum mucho más tranquila, se puede optar por asistir a las doce de la mañana a la denominada Patum de lluïment, donde se puede ver el desarrollo de toda la fiesta sin la apoteosis final de fuego, humo y petardos. La sesión nocturna empieza a las 21.30 horas.

Este año, el alcade de Berga, el convergente Juli Gendrau, deberá desdoblarse en sus funciones porque, cumpliendo con su cargo de máxima autoridad de Berga, dará hospitalidad a las autoridades invitadas, pero como miembro del grupo de los gigantes, que participa en la fiesta, saltará a la plaza y gritará a coro el tradicional "¡Patum!, ¡Patum!, ¡Patum!...".