La chica del portátil más fino

La canción del anuncio televisivo del delgado MacBook Air es suya. Y aunque New soul y otras canciones de su disco están en inglés, también canta en francés y hebreo. "Con el hebreo, al ser un idioma que no es, entre comillas, sexy para la música, hay una conexión muy fuerte entre unas melodías muy sencillas y acordes muy simples y el texto", asegura.

Yael Naim nació en 1978 en París, hija de sefardíes tunecinos, y la capital francesa acabó siendo hace ocho años la ciudad de su exilio. Porque la chica creció cerca de Tel Aviv y vivió en Israel hasta los 21. Escuchando a Mozart y Debussy, pero también a Joni Mitchell, Björk o los Beatles. "Escribía canciones en inglés. La primera en hebreo fue Paris hace cuatro años. Me sentía desconectada de todo lo que dejé en Israel. Tenía un novio a distancia y decidió dejarme. La canción habla de que vine a París para cegarme un poco con una ilusión, y ahora estoy aquí, en una ciudad increíble, se supone que debería estar feliz, y si estoy tan bien ¿entonces por qué lloro por la noche?".

El fracaso de su disco anterior, grabado en 2001 para una importante discográfica, le produjo una enorme decepción y le obligó a cuestionarse. "Fue muy duro", recuerda ahora riendo. "Sentí que lo había estropeado todo y que no estaba a la altura que yo me creía. No entendía lo que me había pasado. La letra de New soul es una mirada hacía atrás. Sobre los errores cometidos y los caminos equivocados. Yo creía ser un alma vieja que sabía cómo funciona la vida y comprendí que en realidad no sabía nada y que tenía que aprender aún muchas cosas. Y que tampoco era grave porque tenemos que aceptar nuestras equivocaciones y volver a empezar. La vida continúa a pesar de todo", dice.

Tras el nombre de Yael Naim está también David Donatien, el multiinstrumentista antillano que la convenció para que cantara en hebreo y la ayudó a descubrir su potencial. Ella dejó sus trabajos alimenticios en musicales como Los diez mandamientos, del director de cine Elie Chouraqui, en el que hacía el papel de Miriam. Y en el salón del pequeño apartamento de la joven pasaron dos años y medio madurando tranquilamente unas canciones que ella imaginaba con voz y guitarra, y que luego iban arropando con piano, xilofón, kalimba, ukelele...

Construir el presente

Se han atrevido con una versión del Toxic de Britney Spears. "Eso fue idea de Yael", se justifica rápidamente Donatien. Ella ríe. "Al principio era un juego. Me gusta ver en qué puede convertirse una canción muy comercial si la hago a mi manera o qué puede dar un tema clásico si lo haces pop. Fue interesante elegir algo tan alejado de mi universo y descubrir que es una muy buena composición". Asegura que ya no hace planes para el futuro: "Todos me salían al revés. Así que mejor construir el presente bien para que salga algo bueno en el futuro. Al menos eso espero".