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Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

¡Hala Madrid!

Parece que la mala racha que atraviesa el Barça afecta a todo aquello que, aunque sea tangencialmente, tiene que ver con él. Hablamos de una pieza teatral, la de David Plana, que en montaje de Rafel Duran se ha estrenado en el Espai Lliure dentro del Proyecto de Autoría Textual Catalana. La cosa nació por encargo: "una obra sobre el Barça" fue la consigna que recibió Plana con libertad total para desarrollar el tema. "¡Qué pereza!", pensó, según explica en el programa de mano, y optó por hacer trampa -le sigo parafraseando- y tejer una trama sobre otras cuestiones que giran alrededor del club azulgrana. A saber: la ambición, el poder y el dinero, todo ello simbolizado en el palco para autoridades. Pero la pereza se nota porque el desarrollo es pobre y los 90 minutos que dura el espectáculo resultan tan poco emocionantes como un mal partido de fútbol.

Dia de partit.

De David Plana. Dirección: Rafel Duran. Actores: Chantal Aimée, Joan Carreras, Julio Manrique, Maria Molins, Fèlix Pons. Teatre Lliure. Barcelona, 15 de mayo.

Un político venido a menos y su mujer; un timador de poca monta y su novia; otro político del mismo partido que el primero, éste en la cresta de la ola del poder. Cinco personajes cuyos intérpretes hacen lo posible para compensar la insustancialidad de sus papeles. En el caso de Julio Manrique (el timador) el esfuerzo se hace excesivo. Sus intervenciones empiezan siendo simpáticas y acaban por ser cansinas, de tanto entusiasmo que pone en unos diálogos de por sí machacones.

Joan Carreras es el ex consejero del partido en el poder que intenta recuperar su estatus tras verse envuelto en un escándalo político. Pero tampoco es que esté dispuesto a lo que sea. Es un tipo pusilánime que acaba por verse envuelto en otro lío, papel que borda, pero se pierde la idea de su ambición, que sería uno de los temas principales. Su compañero de partido, interpretado por Fèlix Pons, sí es ambicioso, pero su avidez es más sexual que política. La función de la mujer del ex consejero, Chantal Aimée, es la de ser el objeto sexual del personaje de Pons, aunque encubierta por cierto interés de partido; la de la novia del timador, Maria Molins, es dar las réplicas al personaje de Manrique para que éste pueda explayarse.

Total, que Dia de partit discurre entre tópicos y trivialidades a los que no se les saca partido y eso que el Barça, como institución catalana, da mucho de sí. Tal como está planteada, la pieza podría titularse Una noche en la ópera y tener lugar en el palco del Liceo, pero seguiría dejando al espectador fuera de juego a la media hora.

Sólo cabe felicitar, pues, a los campeones de la Liga.

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