Un buen todocaminos para carretera y campo
El Forester cambia de imagen, pero sigue fiel a su filosofía. Si hasta ahora era un modelo de fusión con carrocería de turismo, suspensiones más altas y una tracción 4×4 con reductora similar a la de los todoterrenos clásicos, ahora adopta una línea más parecida a estos últimos y conserva su eficacia para circular fuera del asfalto, pero mantiene una estabilidad y un tacto de conducción en carretera más cercanos a los turismos.
Al margen de sus virtudes dinámicas, el nuevo Subaru ofrece también un interior amplio y bien presentado, un equipo de seguridad con seis airbags y ESP, y unos precios correctos (desde 26.900 euros). Es un familiar muy funcional que cumple bien en todas partes y se sitúa entre los todoterrenos ligeros -carrocería de todoterreno con chasis y mecánica de turismo- más versátiles.
Imagen de todoterreno
La línea del Forester recoge las últimas tendencias estéticas de los todoterrenos y presenta un aspecto atractivo y actual. El frontal está bien resuelto y destaca la posición adelantada de la parrilla y la protección inferior, que forman un bloque más adelantado para crear un perfil en cuña con los faros y los ángulos del parachoques más retrasados y ladeados. La vista lateral es más cuadrada y convencional, porque está condicionada por el diseño vertical del portón trasero, que no permite estilizar más la figura. Pero lleva las aletas resaltadas y unos nervios bien marcados en las puertas que crean un trazo ascendente inspirado en el BMW X3.
El conjunto muestra una imagen moderna y cuidada, pero ahora ya no parece un turismo con una suspensión más alta, sino un todoterreno, y mantiene una altura libre al suelo de 21,5 centímetros que permite afrontar con más garantías la conducción en carreteras con nieve o fuera del asfalto.
Un interior amplio y vistoso
El Forester mide ahora 4,56 metros de largo, ocho centímetros más que el modelo anterior, lo que permite ofrecer un interior más amplio. Las plazas delanteras son cómodas y desahogadas, y las traseras tienen más espacio para las piernas y permiten regular por partes la inclinación de los respaldos. Además, el interior presenta un diseño moderno, con buenos acabados y un aspecto elegante y vistoso que transmite calidad. Y aunque no destaca por los huecos para objetos disponibles, ofrece un maletero grande y aprovechable que se amplía abatiendo los respaldos posteriores.
La calidad se aprecia también en los materiales y la insonorización, que elimina los ruidos mecánicos y de rodadura. Y el buen equilibrio de las suspensiones completa un coche bien preparado para poder afrontar los viajes largos con un confort notable y un comportamiento estable y seguro.
Motor 2.0 de gasolina
La gama del Forester se limita a un motor 2.0 de gasolina (150 CV) y dos cambios, un manual de cinco marchas y un automático de cuatro (1.500 euros más). Se vende en tres acabados y todos incluyen un equipo de serie muy completo. El Classic o base (26.900 euros) viene con seis airbags, ABS, ESP, climatizador, faros de xenón, ordenador de viaje, control de velocidad, radio-CD con cargador de seis CD, llantas de 16 pulgadas y todo lo habitual. El Limited añade techo solar y asiento del conductor eléctrico; el Limited Plus (30.050) suma tapicería de cuero y llave inteligente, y como opción se ofrece un navegador con DVD
(2.100 euros más).
La garantía es de tres años o 100.000 kilómetros, y antes de final de año se ofrecerá una versión 2.0 diésel (150 CV) con el motor Subaru estrenado en los Legacy.
Conclusión
El Forester es un todoterreno ligero que cumple bien en carretera y sorprende en el campo. Tiene una línea atractiva, un interior práctico y un motor de gasolina que mueve bien el peso sin disparar el consumo. La tracción 4×4 incluye una reductora que potencia sus recursos al circular fuera del asfalto. Y ofrece un completo equipo de serie que justifica sus precios.
AMPLIO Y BIEN PRESENTADO
Subaru es la marca japonesa que más ha mejorado su diseño interior, punto débil de los coches orientales, y el Forester lo refleja con una presentación cuidada que transmite calidad. El salpicadero incluye unas bandas de trazos suaves que combinan bien los tonos de los plásticos y los adornos metalizados, y se prolongan en las puertas, creando un ambiente elegante y vistoso. Estrena una instrumentación atractiva y una consola central que integra la pantalla táctil en color para manejar el equipo de música, el ordenador de viaje o el navegador opcional (2.100 euros). Y aparte del arranque por botón (sólo acabado Limited Plus), el detalle más interesante es la reductora: se conecta con una palanca situada junto al freno de mano y funciona de maravilla en caminos de tierra. El interior es amplio, e incluye unas plazas traseras cómodas con suficiente espacio para las piernas y respaldos reclinables para descansar. Pero la banqueta está configurada para dos personas: lleva en el centro una trampilla con dos posavasos y una bandeja en su interior. El maletero es correcto, 450 litros; llega a 1.660 si se abaten los asientos, e incluye un doble fondo con rueda de repuesto normal y repisas. La zaga resulta muy discreta: lo único llamativo son las dos salidas de escape
MEJOR EQUIPADO
El acabado Classic del Forester tiene unos precios similares a los de las versiones básicas de la competencia, aunque incluye un equipo de serie algo superior, con cargador de CD y sobre todo la reductora, que mejora los recursos en el campo. Sólo el Rav 4 y el Antara cuestan más baratos, pero apenas 200 y 150 euros. El Toyota es algo más pequeño, aunque incluye un airbag más (siete). El Opel suma el sensor de faros, pero no lleva ordenador de viaje ni control de velocidad, y tiene un peso muy superior que penaliza sus prestaciones y consumos. El Honda CR-V básico es 500 euros más caro. Viene con aire acondicionado en vez de climatizador, y no lleva control de velocidad, pero resulta más práctico: los asientos traseros se regulan en longitud y tiene un maletero mayor. La diferencia con el Tiguan sube a 4.800 euros y el VW incluye un equipo similar al del Forester
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