Lo menos humillante fue el pasillo
Los barcelonistas corrieron como pollos sin cabeza ante un rival que ni pisó el acelerador
Apeló Frank Rijkaard al orgullo y no recibió respuesta de sus hombres, que, deportivos, formaron ante el campeón un pasillo. "Eso duele, pero hay que hacerlo", avisó el entrenador, el primero que recibió con honores a los futbolistas blancos. Al final, lo menos humillante para el equipo capitaneado por Puyol fue precisamente eso, el pasillo. Al menos, el gesto les dignificó como deportistas.
Toda la semana hablando del tema y, al final, lo de menos fue eso, aunque muchos hinchas del Madrid acudieran al Bernabéu al reclamo de ese momento. Así, a las puertas, un veterano seguidor, con su nieto de la mano, le explicaba a un amigo una hora antes del clásico: "Nosotros vemos el pasillo y nos vamos para casa, que no son horas y el crío tiene colegio". En la esquina del Bernabéu, un grupo de jóvenes lucían una camiseta con un lema contundente: "Yo vi el pasillo".
No, eso no fue lo peor para los poquísimos aficionados que acompañaron al Barça. Lo duro de verdad fue el meneo que recibió. Con todo el pescado vendido, la afición madridista jaleó más a su equipo que insultó al rival, algo verdaderamente extraño en estos duelos. El Madrid incluso ordenó retirar dos pancartas dedicadas a Eto'o, del que se acordaron, sobre todo al principio, en el fondo sur. También recibió Joan Laporta -"¡cabrón, ésta es tu nación!" y "¡Laporta, quédate!", le cantaron-.
Pero quienes recibieron un puñetazo en su orgullo fueron los aficionados del Barça que asistieron por televisión al espectáculo de un equipo penoso. Lo del pasillo fue un juego de niños comparado con lo humillante que resultó para los jugadores azulgrana correr como pollos sin cabeza tras el balón mientras escuchaban al Bernabéu pedir a coro: "¡Una manita, queremos una manita!". Fue después del 3-0, un golazo de Higuaín que retrató todos los defectos del Barça en una sola jugada. Eso fue lo humillante: saber que si el Madrid no les metió cinco fue porque no pisó el acelerador.
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