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La Unió propone un plan hidrológico valenciano

Plantea ampliar el Júcar-Vinalopó y un minitrasvase del Ebro

El campo valenciano no puede esperar la llegada de agua a través de infraestructuras que, aunque se aprobaran hoy, tardarían entre 10 y 12 años en llegar, como ocurriría con el trasvase del Ebro, según explicó la Unió de Llauradors. La organización recordó que, sobre todo, hay zonas como La Vega Baja donde la falta de agua es más acuciante.

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La Unió explicó que la Confederación Hidrográfica del Segura publicó un decreto, el pasado 31 de abril, en el Boletín Oficial de la Provincia de Alicante en el que informa de la decisión de reducir un 60% el volumen de agua para riego en el presente año hidrológico (que alcanza hasta finales de agosto). La organización, que ha alegado contra el decreto ya que recuerda que muchos agricultores ya han plantado sus cosechas de verduras, asegura que solicitará indemnizaciones para los agricultores que no puedan trabajar por falta de agua.

La Unió recordó que La Vega Baja no es el único punto de la Comunidad Valenciana con falta de agua. La organización lamentó por enésima vez la politización que sufre el tema del agua y también que la confrontación entre PSOE y PP haya hecho imposible un "pacto del agua". Ayer, en cualquier caso, propuso que el Consell y el Gobierno se sienten a consensuar un Plan Hidrológico Valenciano que garantizaría 300 hectómetros cúbicos de agua al año. El plan contempla la aceleración de algunas infraestructuras y un cambio de política. "Con los actuales recursos es factible resolver los problemas hídricos", resumió Josep Botella, secretario general de la Unió.

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La primera medida del plan pasa por acelerar el trasvase Júcar-Vinalopó y prolongarlo hasta La Vega Baja, aunque con los mismos 80 hectómetros cúbicos al año previstos. Unida a esta reivindicación, la organización reclama que se urja a la modernización del regadío en La Ribera (responsabilidad del Consell), como paso necesario para que se liberen recursos para el trasvase.

Una segunda reivindicación es la puesta en marcha de las desaladoras de Torrevieja y Agua Amarga (Alicante) para el consumo de boca en las poblaciones de la costa alicantina que ahora recurren al Vinalopó en busca de agua. "El uso de boca puede pagar el coste de la desalación", dijo Botella. La Unió también propone la reutilización de los 125 hectómetros cúbicos al año de agua depurada que la planta de Pinedo vierte al mar y que deberían aprovecharse para cubrir el déficit existente.

En el apartado de trasvases, la organización defiende el mantenimiento del trasvase Tajo-Segura, ya que su desaparición "provocaría un abandono total de la agricultura" en La Vega Baja, y "si es necesario" la realización de un minitrasvase desde el Ebro a Sagunto y que utilizaría parte de la infraestructura que ya existe para la provincia de Castellón. Esta transferencia liberaría 30 hectómetros cúbicos que ahora aporta el canal Júcar-Turia y que podrían destinarse al Vinalopó.

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