A batalla campal por título
Las celebraciones deportivas en Granada acarrean graves disturbios desde 2005
En Granada un grupo de aficionados radicales entiende que la mejor forma de celebrar un título liguero consiste en enfrentarse a botellazos con la policía. Desde que el F.C. Barcelona ganó la Liga en 2005, cada celebración culmina en una auténtica batalla campal: escaparates rotos, mobiliario urbano destrozado, agentes de la policía heridos y diversos detenidos.
La celebración del título de Liga conseguido por el Real Madrid la noche del pasado domingo se celebró en todas las ciudades españolas con más o menos brío, pero Granada fue la única donde se registraron detenciones. La fiesta que acabó en batalla campal congregó a 3.000 aficionados, pero una veintena causó serios enfrentamientos con la policía. Resultado: seis jóvenes detenidos y daños considerables en tres coches de la policía, rotura de escaparates y el vuelco de contenedores y árboles arrancados. Los vándalos arrestados, de entre 18 y 22 años, fueron acusados de desorden público y quedaron en libertad tras prestar declaración. Dos de ellos serán juzgados hoy por varias faltas y se han abierto diligencias previas contra otros tres.
Los vándalos dejaron una alfombra de cristales y maceteros rotos
¿Por qué se desata la ira cuando la fiesta debería propiciar el clima contrario, plagado de sonrisas, abrazos y felicitaciones? Al parecer los altercados obedecen a un patrón de ataques previstos contra la policía, que se disparan en el momento en que la masa y el alboroto sirven de cobijo. "Son jóvenes de condición social media en grupos de 20, cuyo único objetivo es la revancha contra la policía. Hay muchos que se pegan a la masa, pero otros dirigen", explican fuentes policiales. A pesar de que los jóvenes suelen ser de origen humilde, entre los detenidos figura uno cuyo padre es abogado.
El sociólogo y director del Instituto de Estudios Sociales Avanzados, Manuel Pérez Yruela, identifica una cierta organización en estos grupos: "Dada la ausencia de causas objetivas de conflictividad social grave como el desempleo, estos actos tienen que ver con conductas no espontáneas. Le han tomado el gusto y esperan la oportunidad", valora.
Ante los graves disturbios sucedidos en 2007 con la celebración del título obtenido por el Real Madrid en la Liga, en la fuente de las Batallas, donde resultaron heridos seis agentes de la Policía Local en un duro enfrentamiento, este año el dispositivo se reforzó y la Policía Local y Nacional se coordinaron para controlar a la masa. Aún así, las botellas y piedras volaron de nuevo en dirección contraria a las pelotas de goma.
"Siempre quitamos la terraza y cerramos la persiana para evitar las botellas. Aunque este año aquí ha sido más tranquilo", apuntaba Abdulá Ocala, del restaurante turco Nemrut, al pie de la céntrica fuente. Ésta se había vaciado y rodeado de tres vallas contra las avalanchas. Ante el gran despliegue policial, los vándalos se dispersaron hacia la zona del Palacio de Exposiciones y la calle San Antón, pero por el camino dejaron una alfombra de cristales y maceteros tumbados. El alcalde, José Torres Hurtado (PP), consideró "muy triste que los detenidos celebren la victoria de su equipo destrozando lo que es de todos", mientras que el concejal de Seguridad, Eduardo Moral, tildó a los detenidos de "puñado de energúmenos".
Granada se ha convertido en los últimos años en una ciudad con enfrentamientos entre corrientes políticas enfrentadas que se concentran en fechas clave como el 20N o el Día de la Toma (2 de enero), pero la chispa de la violencia sólo estalla con la celebración de títulos deportivos en concentraciones sin cariz político. "Hoy es un título de Liga, ayer la guerra de Irak y mañana la subida de los pisos... es un grupo antisistema siempre dispuesto a montar el follón", valora un mando policial.
Las últimas celebraciones parecen haber sembrado una periódica avalancha de altercados sin colores ni aficiones. Gane el Real Madrid o el Barcelona, la Liga o la Champions, jóvenes radicales toman el centro de la ciudad para arrasar escaparates y mobiliario urbano, y enfrentarse a la policía. De momento, el gran despliegue de agentes antidisturbios no frena su ímpetu por sembrar el caos.
Altercados en serie
- 2005. La celebración del título logrado por el Barça se saldó con una lluvia de botellas y papeleras rotas.
- 2006. La batalla campal terminó con siete jóvenes detenidos y varios heridos, entre ellos cuatro agentes de la Policía Nacional y uno de la Policía Local.
- 2007. Hubo cuatro detenidos y seis agentes heridos a pedradas.
- 2008. El pasado domingo fueron seis los detenidos, y se registraron cuantiosos daños en el mobiliario comercios.
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