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Reportaje:

El Centro Dramático, a tres manos

Dani Salgado coordina el montaje de 'Estigma', sobre textos de tres autores

Estigma, el nuevo montaje del Centro Dramático Galego, se estrenó ayer en el Salón Teatro de Santiago, donde permanecerá hasta el 18 de mayo. Dani Salgado dirige y coordina los trabajos de Jacobo Paz, Vanesa Soutelo y Rubén Ruibal, reunidos desde el verano pasado en DramaA3, la primera experiencia de escritura compartida del teatro institucional gallego. El CDG amplía así el proyecto de dramaturgia residente que iniciara el año pasado con A piragua, escrita y dirigida por Cándido Pazó.

La trama de la obra, publicitada como "distopía entre el neolítico y el cibernético", retrato de "un mundo idílico pero angustioso", discurre en una isla donde Xabier Deive, Xosé Manuel Esperante, Clara Gayo, Vicente de Souza y María Tasende se ocupan del suspense ocultando el pasado. "Quisimos partir del suspense para garantizar un estilo unitario", señala Salgado como clave de la obra. Aquí se valieron de Hitchcock y de algunos textos de la "esencial" Carol Churchill. "En su obra Far Away conjuga tres visiones diferentes de la violencia en el ámbito doméstico, todo en clave de suspense".

"Otra de las claves es que queríamos montar una obra entre tres, no tres obras que tuviese que dirigir yo", ironiza. Con dos reuniones mensuales desde julio, Ruibal, Paz y Soutelo intercambiaron sus textos y empezaron a desarrollar los acuerdos en el tratamiento de personajes. "Cada uno fue escribiendo a partir de las ideas de los demás", dice, "el proceso fue largo pero no demasiado dilatado". Vanesa Soutelo considera "muy positiva" la experiencia de Estigma. "Consciente e inconscientemente trabajábamos todos para uno. Fue un reto llegar a un acuerdo, y yo creo que lo conseguimos". Al final les salieron tierra, memoria y muerte, tres ejes temáticos "muy gallegos" que huyen del drama antiguo. "Su manera de presentarse no huele a algo ya leído", afirma Salgado.

Aunque el director orensano ya había sido ayudante de dirección de Quico Cadaval en O ano do cometa (2004), ésta es su primera residencia en Galicia. "En Barcelona participé como dramaturgo y como director en el proyecto T-6 [cuyo texto se montó en el Teatre Nacional], y también tuve experiencias de este tipo en Marruecos, durante un encuentro de autores francófonos". Para Salgado, desde 2005 profesor de dirección de escena en la Escola Superior de Arte Dramática, que el apoyo institucional a este tipo de experiencias acabe generando nuevas propuestas depende de la continuidad. "Para renovar el lenguaje escénico es fundamental que los jóvenes colaboren entre ellos".

En el caso de Estigma, el texto de los dramaturgos jóvenes del teatro gallego -de 27 a 38 años- será iluminado por un clásico como Baltasar Patiño. "Admiro a Cadaval y a la gente de Matarile Teatro, Ana Vallés y Patiño", dice Salgado con devoción. "Montajes como Illa Reunión o Truenos y misterios están a la altura de Robert Lepage o Peter Brook".

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