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La lucha contra ETA

La banda continúa su acoso al PSE con una bomba contra la sede de Elgoibar

El atentado terrorista, el segundo en tres días, sólo causó daños materiales

ETA sigue ensañándose contra el círculo de los socialistas vascos. Un artefacto compuesto por tres kilos de explosivo causó ayer graves daños en la Casa del Pueblo de Elgoibar (Guipúzcoa), la segunda sede socialista atacada en tres días. Es el sexto atentado contra el PSE desde la ruptura del alto el fuego, en junio de 2007, incluyendo el asesinato del ex consejal Isaías Carrasco en Mondragón.

La explosión no causó heridos, pero destrozó el interior del local y dos vehículos (otros seis sufrieron daños menores), y la onda expansiva afectó a los portales, ventanas y persianas de los edificios colindantes.

La Asociación de Ayuda en Carretera (DYA) en Vizcaya recibió una llamada a las 2.32 avisando de que la bomba explotaría en una hora. 30 minutos después, la Ertzaintza desalojaba a los vecinos de dos portales situados en la calle Usarandi y avisaba a los demás por megafonía: "Cerrad las persianas, abrid las ventanas y alejaos de la calle, hay un aviso de bomba".

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La advertencia cogió a casi todos en la cama. Cinco minutos antes de lo anunciado, a las 3.25, el temporizador activó los tres kilos de explosivo en una bolsa de plástico. La puerta de la sede quedó destrozada, al igual que parte del tabique del local, que llevaba varios meses cerrado tras morir la persona que lo regentaba, Miguel Ruiz.

"No es la primera vez", explicó su viuda, Charo. En diciembre pasado, la puerta amaneció calcinada por un neumático en llamas. Dos años atrás, una mochila bomba no llegó a explotar por un fallo en el detonador. También ha sufrido ataques con artefactos incendiarios y pirotécnicos caseros. Seis en total. Charo prefirió ayer no ver como quedó la Casa del Pueblo que regentó junto a su marido los últimos 16 años. "Ni se me ocurrió entrar, para qué...".

Los vecinos de esta localidad de 10.500 habitantes gobernada por el PNV se lo piensan antes de hablar con la prensa. "Es mejor callar, para esto no hay palabras", comentó Ramón García, comercial de profesión y propietario de uno de los coches destrozados. Bajo el anonimato, otros no dudaban en llamar "gentuza" a los terroristas. Todos los partidos democráticos condenaron el atentado. ANV, que no pudo presentarse en Elgoibar, guardó silencio.

El consejero vasco de Interior, Javier Balza, anunció en Vitoria que la seguridad de las sedes socialistas será reforzada. También afirmó que las fuerzas de seguridad han identificado a "alguno" de los liberados que han participado en los últimos atentados y que la Ertzaintza, la policía y la Guardia Civil, tienen un "análisis compartido" sobre cómo funciona su "infraestructura". El ministro Pérez Rubalcaba señaló que ETA "sabe que está ya derrotada" y sólo le queda decidir cuándo deja la violencia.

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