"No hemos ganado nada"
Schuster y sus jugadores no se atreven a pronunciar la palabra título
"¿La definición? ¡Me salió bien!". Sonreía el Pipita Higuaín mientras evocaba su gol al Racing. Disfrutaba del momento con un gesto ladino y esa pinta de bailarín de tango que se le ha quedado desde que fija su pelo con gomina. Mientras iba saliendo de los Campos de Sport, en los pasillos, se detuvo a examinar la situación con aparente calma. "Todavía no somos campeones", decía; "no hemos celebrado nada".
El vestuario madridista emitió un discurso uniforme. Desde el festejo del pitido final, cuando Casillas y Raúl se lanzaron, junto a sus compañeros, hacia la esquina donde se amontonaban los seguidores desplazados del Madrid. Hubo lanzamiento de camisetas y ofrendas conmemorativas que la muchedumbre celebró con júbilo. La fiesta en el césped tuvo carácter de alirón. Pero el discurso de los participantes entró en contradicción con los actos. "Todavía tenemos que conseguir muchos puntos", dijo la voz de Raúl, el hombre prudente, el monolito moral; "no hemos ganado nada".
"Sabía que no nos hundiríamos en todas las competiciones", señala el técnico
"No me creo que alguien diga que jugamos bien", dijo al recibir elogios
Tras el gol de Higuaín, el equipo dio algo parecido a una vuelta de honor
"Las matemáticas dicen que no somos campeones", murmuró Bernd Schuster. El técnico alemán supera su largo invierno de introspección. La inminencia del desenlace liguero agita sus pletóricas profundidades y, desde la maraña de sentimientos y resentimientos acumulados durante meses, reaparece a la luz de los focos y busca micrófonos en los que vierte opiniones. "Después de la eliminación ante el Roma lo pasamos muy mal", dijo; "pero yo siempre estuve convencido de que este equipo no se hundiría por completo en todas las competiciones".
El tímido entrenador del Madrid está dolido con las críticas que, en otros tiempos, juzgaron que el juego de su equipo "no era excelente", a decir del presidente, Ramón Calderón. "No me lo puedo creer", se mofó anoche cuando detectó que algún periodista elogiaba a su equipo. "¡Alguien que dice que jugamos bien!".
"El partido me ha recordado al de Bilbao por la intensidad y el ritmo alto, de ida y vuelta", ponderó Schuster; "hemos jugado como un equipo. El tema de la belleza lo dejaremos para otro día. Quiero destacar que ha sido la segunda jornada de Liga en la que he podido contar con todos mis defensas [la primera fue en la visita al Barça: victoria por 0-1]. Con Sergio, Cannavaro, Pepe, Heinze y Diarra hemos formado una línea de cinco que nos ha dado mucha seguridad, sobre todo en los balones aéreos".
El partido se abrió tanto que, hacia el final de la segunda mitad, comenzaron a cundir los espacios. Entonces, Schuster llamó a los chicos que pondrían el broche. "El míster me dijo que ellos iban a subir a buscar los puntos para entrar en la Champions y que yo tenía que aprovechar mi velocidad", recordó Balboa; "entré y encontré espacios. En uno de esos contragolpes, recibí una pared de Baptista y, cuando el central salió a buscarme, le di el pase a Higuaín".
Higuaín, que se quedó solo ante Toño, recordó: "El gol cerró el partido en un momento en el que el Racing nos venía apretando. Yo me he puesto delante del portero y no lo he pensado. Según recibí la pelota, le pegué como vino. Me quedó para la zurda, le di y entró pegada al palo".
Ninguno de los jugadores del Madrid, pese a todo, se atrevió a pronunciar la palabra título. Ni siquiera Robinho, Robben y Sneijder, que, con los codos apoyados en la zona técnica, miraban inquietos al árbitro para que pitara el final. Y en ese momento, ya en el tiempo extra, llegó el gol de Higuaín. Era el minuto 93 y todos saltaron como una piña. Luego, dieron algo parecido a una vuelta de honor.
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