"No aprendimos la lección"
El Getafe lamenta sus errores, similares a los cometidos ante el Bayern
La segunda derrota consecutiva del Getafe en una final de la Copa del Rey destapó ayer la caja de los truenos en el club madrileño. El ambiente en el vestuario del subcampeón, generalmente distendido, se enrareció de tal manera que la recepción en el Ayuntamiento, prevista desde hace semanas "ganara o perdiera" el grupo de Michael Laudrup, se pospuso hasta nuevo aviso.
En la plantilla no sentó bien que ninguno de los tres capitanes jugara un solo minuto
El razonamiento de Ángel Torres, el presidente del Getafe, de que "el fútbol no es más que un juego" no satisfizo a los pesos pesados de la plantilla. Horas antes del partido, David Belenguer pidió explicaciones al cuerpo técnico por su ausencia en el once inicial. El capitán se quedó perplejo cuando le anunciaron que la pareja de centrales la formarían el Cata Díaz y Tena. "Era imposible ser justo con todos, Fabio [Celestini] ha hecho un temporadón y también se tuvo que quedar fuera hasta que entró por Casquero", razonaba ayer Luis Milla. "Lo siento por David, pero nos decantamos por el Cata Díaz por su velocidad, que nos podía ir muy bien para tapar a Villa, y por Tena, que había disputado seis partidos a un buen rendimiento", apuntó el segundo de Michael Laudrup.
"Este tipo de partidos no se salen a jugar; se salen a ganar. Eso lo da la experiencia", porfiaba un veterano. En la plantilla no sentó del todo bien que ni Belenguer, ni Abbondanzieri ni Mario Cotelo, los tres capitanes, disputasen un solo minuto contra el Valencia. En su lugar, el que llevó el brazalete fue Tena, siete centímetros más alto que el propio Belenguer (1,80 metros).
"Perdimos porque hubo un exceso de confianza en el arranque del partido. Intentamos que la presión fuera la justa. Ni mucha ni poca. Que salieran con el toque justo de motivación al campo", estimó el cuerpo técnico. Uno de los que más notó el compromiso fue Ustari. El meta saltó al Calderón dominado por "la ansiedad" que él mismo reconoció días antes. "Insistimos en que no debía quedarse bajo los palos para evitar remates como el de Alexis", confesó Juan Carlos Arévalo. El preparador de porteros se disgustó especialmente con el gol de Morientes: "En Argentina no están acostumbrados a blocar el balón. Allí se lo pueden permitir, pero en Europa la pelota va mucho más rápida". A falta de seis minutos para el final, Ustari, cuyo deporte favorito "es el baloncesto", rechazó el balón en una falta desde 35 metros lanzada por Baraja y Morientes sólo tuvo que cabecearlo a la red.
Tras el varapalo en la Copa de la UEFA ante el Bayern, "contra el que nos quedamos con 10 en el minuto 4 y cedimos dos goles en los cinco últimos minutos y no aprendimos la lección", el Getafe cerró su semana trágica con una contundente derrota. "Más cabreados que tristes", los jugadores se fueron a cenar al Asador Donostiarra. Allí les esperaba una tarta en la que se leía: "Felicidades. Sois los campeones".
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