_
_
_
_
Tribuna:Inversión | CONSULTORIO
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Préstamos rápidos

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

En situaciones de apuro económico, cada vez hay más ciudadanos que recurren a la floreciente oferta de soluciones que prometen aliviar al instante sus cargas financieras. Reunificación de deudas, hipotecas puente, créditos inmediatos... En muchos casos, el resultado es una mera refinanciación que aligera el pago mensual a costa de prolongar los plazos de devolución y de tipos de interés efectivos menos favorables.

Esta tendencia ha sido llevada al extremo en algunos países europeos, donde la proliferación de préstamos rápidos ha llevado a comercializar créditos al consumo inmediatos, que pueden ser solicitados a través de mensajes cortos (SMS). En Suecia, este sistema lo introdujo Mobillaan en 2006 y desde entonces han surgido una treintena de empresas; y parece que el fenómeno se ha extendido a Estonia, Finlandia y Holanda.

Ferratum cobra 75 euros por prestar 300 a un mes (un 300% TAE) y 60 euros (un 480% TAE) si el plazo es de 15 días

Tras registrarse en el servicio, el cliente sólo tiene que enviar un mensaje con su identificador personal y su número de cuenta y, en menos de 15 minutos, tendrá el dinero a su disposición. Sencillo, rápido y muy tentador para el segmento más joven, familiarizado con el canal y ávido de fondos para cubrir pequeños gastos. El importe máximo suele rondar los 300 o 400 euros, a devolver en un plazo de entre 15 días y un mes. En Holanda, Ferratum cobra 75 euros en concepto de comisión por prestar 300 a un mes, lo que equivale a un 300% TAE, aplicando un tipo simple. Si el plazo es de 15 días, el coste sube a 60 euros (480% TAE).

Pese a que algunas empresas del sector afirman tener tasas de morosidad por debajo del 2% (similares a las del préstamo al consumo en España, en el 2,17%), los costes exageradamente altos han llevado a las autoridades suecas a prohibir el cobro de intereses superiores al préstamo inicial, cifra fácil de alcanzar si el pago se efectúa con un par de meses de demora. Aunque en España todavía no se conocen productos similares, el mejor camino para evitar sorpresas desagradables es, sin duda, una buena educación financiera.

E. Sánchez y A. Martín son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (AFI).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_