Caritel recoge firmas contra los gitanos de O Vao
La parroquia de Caritel (Ponte Caldelas) sigue en pie de guerra contra el realojo de dos familias de etnia gitana procedentes del poblado de O Vao. Han recogido 4.000 firmas que presentarán ante Vicepresidencia. Entre tanto, continúan las movilizaciones cada fin de semana ante las viviendas de los chabolistas.
Con un "ya estamos aquí" megáfono en mano, iniciaban la del pasado viernes alrededor de las diez menos cuarto de la noche. Junto al campo de fiestas de la parroquia, pertrechados tras varias pancartas en las que podían leerse mensajes como "Con las drogas no conviviremos", alrededor de cuarenta personas se posicionaron frente a las casas al grito de "¡Fuera de aquí!, ¡No os queremos!". Permanecieron tres cuartos de hora concentrados acompañando sus consignas con sirenas, silbatos y bocinas. La Guardia Civil explicó que "no necesitan autorización porque son gente pacífica".
Los residentes de Caritel están recabando información para decidir si recurren a la vía judicial para resolver este conflicto. "Se han incumplido muchos puntos en este proceso", aseguran. De momento, han sido ellos los que podrían haber topado con la ley después de que a una vecina se le haya comunicado la imposición de una sanción, que puede alcanzar los 3.000 euros, por alteración del orden público en relación al asalto que sufrió el alcalde de Poio tras la celebración del último pleno.
Acciones delictivas
Sánchez asegura que "no estamos contra la integración pero esto se ha hecho mal desde el principio", por eso señalan que "seguiremos así hasta que nos ofrezcan una solución real". No obstante, la Fiscalía entiende que hay delito en las actuaciones de hostigamiento que los vecinos de Monte Porreiro realizaron durante mes y medio en ese barrio pontevedrés, entre las que se contaban concentraciones, calcadas a éstas, frente a la casa de los gitanos.
Cuentan en su repulsa con el respaldo del alcalde, el popular Perfecto Rodríguez, que acaba de aprobar en pleno la presentación del recurso contra el Ayuntamiento de Poio al entender que se extralimitó al gestionar una actuación fuera de su municipio. En ese pleno BNG y PSOE se abstuvieron. Caritel es una zona rural con apenas un centenar de viviendas. Los gitanos ya han escolarizado a sus hijos en la escuela del municipio y piden una oportunidad para integrarse.
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