Las mentiras de las imágenes
El documental 'Imposturas' bucea en los límites entre realidad y ficción
El documental Imposturas se abre con un viaje en tren. La cámara persigue paisajes pero después se vuelve a los viajeros, miradas al principio distraídas pero que, de pronto, se recomponen ante el descubrimiento de la cámara. La media sonrisa, la pose rígida, los ojos vueltos hacia el objetivo demuestran la primera impostura de la imagen frente a la realidad. Los autores de este trabajo, José Luis Bueno, Mario Gómez y José Antonio Neira, agrupados en el colectivo 5guineas, indagan también en la visión subjetiva de una ciudad, Niza, y la fuerza de un símbolo, la torre Eiffel, para reflexionar sobre la mediatización de las cosas y la ausencia de límites entre las copias y el original.
Imposturas basa sus planteamientos en numerosos referentes del documental y la filosofía. La cita es literal en el caso de la película A propósito de Niza, en la que Jean Vigo retrató con una cámara oculta la realidad de la ciudad francesa para poner de relevancia la superficialidad de muchos de sus habitantes. "Llegamos a Niza y nos vimos incapaces de desprendernos de esas imágenes que teníamos en la mente tras ver el documental", detalla Mario Gómez. Los autores de Imposturas utilizan la película de Vigo para contrarrestarla con los planos que ellos han rodado ahora de la localidad, para colar de nuevo una cámara entre la gente en un acto que en la película se reconoce "impúdico".
En ese momento, hay otra cita al pensador Clément Rosset, quien negó la existencia de las copias por no hallar diferencias entre ellas y el original. Su teoría, sostenida también por su admiración al cómic de Tintín en el que el joven reportero buscaba un ídolo entre múltiples clones, compone la segunda parte del documental de Bueno, Gómez y Neira.
La primera de ellas es la que se inicia en el tren y se detiene en las miradas. Hay más técnica de ensayo en esta parte. La cámara inmortaliza a los viajeros mientras el vagón avanza y también en la estación, mientras aguardan, se besan, trabajan o pasean. "Abrir o cerrar el diafragma es una de las muchas formas que toma la mentira", mantiene la voz en off.
"Sabemos que mucha gente se prepara para hacerse una foto. Sonríe o se pone serio, según la persona. Ese intento de reproducir un momento de la realidad es, en realidad, una impostura", detalla José Antonio Neira. Esa primera parte se cierra con una retahíla de miradas giradas ante el objetivo. Fingen sorpresa, actúan con forzado disimulo, insisten en una seriedad impostada. Ninguna de sus respuestas a la cámara se ajusta a la naturalidad que pretende ser captada.
La tercera parte está dedicada a la torre Eiffel, reconvertida en un símbolo visual de múltiples interpretaciones, desde las que la consideraron monstruosa, hasta los que la analizan como la silueta de una mujer.
Imposturas es la tercera película de este colectivo de documentalistas gaditanos tras Desvanecimiento y La plaza. Su última obra se exhibe en el certamen Fronterasur, organizado por la Diputación, que ahora mismo realiza proyecciones en la sala Rivadavia de Cádiz.
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