Erkoreka pide a Zapatero que asuma riesgos en Euskadi

Zapatero tomó ayer la mano tendida para el acuerdo en Euskadi que le propuso el PNV, aunque desde una disposición genérica al diálogo, al "entendimiento y la convivencia" para Euskadi. Y todo "en el marco de la Constitución", precisó el candidato socialista. La respuesta del portavoz del Grupo Vasco en el Congreso, Josu Erkoreka, tras escuchar a Zapatero, fue comedida. Ni una palabra mucho más alta que otra, aunque reconociendo que sus posiciones en materia de autogobierno vasco han sido "volubles, cambiantes y erráticas". De ahí que el PNV se sienta, dijo Erkoreka, "instalado en el escepticismo". Algo que Zapatero cree "legítimo".

El candidato socialista quiso poner en valor el acuerdo con el PNV porque el acuerdo con ustedes "representa convivencia y tranquilidad, seguridad y certidumbre". Y el PNV le animó al candidato socialista a jugar a la mayor para alcanzar la paz y un "pacto para la convivencia" entre Euskadi y el Estado. Algo difícil, según los peneuvistas, tras la descripción que hizo Erkoreka de un Zapatero "agarrotado, temeroso para jugar". "Si juega a la mayor, llámenos, cuente con nosotros. Arriesgue", pidió.

No a la "hoja de ruta"

Zapatero subió a la tribuna para aclararle al PNV varias cosas. La primera, el valor político del entendimiento y de la convivencia. Y que cualquier cambio en Euskadi se deberá realizar con "respeto a la Constitución y a las leyes. "No se puede hacer con el 51% y mucho menos cuando un proyecto no se sabe a donde va y sólo genera incertidumbre", recalcó el candidato socialista en una clara alusión a los planes del lehendakari.

Los peneuvistas finalmente vieron demasiadas inconcreciones en los planteamientos de Zapatero como para apoyarle y anunciaron su abstención. El PNV venía a la sesión de investidura esperando escuchar los síes del candidato socialista a su propuesta de diálogo para encauzar el "conflicto vasco", como expresamente había pedido el presidente de este partido, Íñigo Urkullu, en el Aberri Eguna.

Zapatero se comprometió a "contribuir a la aplicación y desarrollo de los estatutos en un marco de respeto, diálogo y cooperación institucionales". Una de las viejas aspiraciones del PNV, que desde luego no contenta ni al lehendakari, que mantiene su hoja de ruta, ni al sector más soberanista del partido.