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Reportaje:

Un peñista en la portería

Neuer, aspirante a la selección alemana, fue hincha antes que guardameta del Schalke

Manuel Neuer se puso antes la camiseta del Schalke en la grada que en el césped porque llegó al Veltins Arena por los vomitorios y no por el túnel de vestuarios. Nacido en Gelsenkirchen en 1986, vivió los partidos en el viejo Park Stadion de la mano de su padre cuando ni soñaba con jugar de portero en su equipo. Pero a los cinco años entró en la escuela del club de los mineros y ahora los mismos con los que compartía una salchicha al curry en el descanso le aplauden a su espalda. Con sus 192 centímetros y 90 kilos, quiere ser decisivo hoy ante el Barcelona.

Guardameta poderoso y rápido, muy cómodo en la línea de gol y valiente en las salidas por alto, Neuer se disputa con Adler, del Bayer Leverkusen, el honor de sustituir a Lehmann en la selección alemana. Por estilo, se remite a Kahn. Por cercano y buen tipo, no tiene nada que ver con él. Es guapo y extremadamente simpático, el polo opuesto a su veterano colega del Bayern de Múnich.

Su padre le llevaba de niño al estadio y a los cinco años entró en la escuela del club

Neuer lleva al Schalke en el corazón desde niño. Pero desde hace un mes es la afición de Gelsenkirchen la que le rinde pleitesía por su actuación en los octavos de final de la Liga de Campeones. "Me recordó a Kahn", asegura el central Bordon, todavía impresionado por el partidazo que se marcó hace cuatro semanas en el feudo del Oporto. Lo paró todo, incluidos tres lanzamientos en la tanda de penaltis, el último a mano cambiada, abajo y a la izquierda. "Esas acciones suelen ser instintivas, pero en Alemania los porteros las trabajamos mucho", explica Hildebrand, del Valencia.

El 5 de noviembre de 2006, el Schalke recibió al Bayern en la décima jornada de la Bundesliga. En Gelsenkinchen, la afición estaba tan amargada por el mal juego del equipo que la Curva Sur protestó con un gesto sorprendente: dio la espalda al campo y dejó de animar a sus muchachos durante 19 minutos y 04 segundos, o sea los dígitos del año de fundación de la entidad, una manera especial de recordar a sus futbolistas la gloria de la camiseta que defendían. En el minuto 13 no celebraron el 1-0. En el 20, nada más volver a mirar al campo, saltaron con el 2-0. Terminaron empatando: 2-2. Aquella tarde, Neuer debutó como portero del Schalke sustituyendo a Rost, traspasado al Hamburgo al final del curso pasado. Desde entonces, ha jugado 52 partidos en la Liga.

En el primer encuentro de vuelta al Veltins Arena tras la gesta en Do Dragão, Neuer salió a calentarse, como siempre, bajo los acordes del roquero Ballroom Blitz, un clásico. Por una vez, en vez de situarse bajo los palos, trepó la valla que separa el campo de la Curva Sur, la de los seguidores más jóvenes del Schalke, y buscó con el abrazo a cuatro de ellos, todos miembros de la peña Buerschenchaff, un colectivo fundado en 2001. Eran cinco, pero desde hace dos años en la grada tan sólo coinciden cuatro amigos. El quinto, normalmente de blanco, está en el rectángulo de juego, cuidando la portería.

Neuer hace una parada en septiembre pasado ante el Valencia.
Neuer hace una parada en septiembre pasado ante el Valencia.ASSOCIATED PRESS

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