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Condenados a tres años de prisión tres ultras del Espanyol

Los hinchas arremetieron con Montjuïc y con un agente en el 'derby' de 2004

Jordi Quixano

Tarde fría de octubre de 2004, con Montjuïc atestado por más de 34.000 aficionados. Era un derby, un enfrentamiento entre el Espanyol y el Barça. Y a unos pocos se les escapó la cordura de las manos. El Juzgado de lo Penal número 1 de Barcelona sentenció ayer a tres brigadas blanquiazules, los hinchas más radicales del Espanyol, a tres años y un día de prisión, además de a cinco años sin poder entrar en un estadio de fútbol. A los acusados D. G. G., A. S. T. y R. R. S. -los tres mayores de edad y el primero con antecedentes penales- se les inculpa de diversos desórdenes públicos, un delito de atentado a un agente de la autoridad e intento de fuga.

Acostumbrados a beber alcohol antes de los partidos en los aledaños del estadio, varios ultras del Espanyol entraron a Montjuïc más calientes de lo normal. Entre otras cosas, porque enfrente estaba el rival acérrimo y vecino, el Barça. Así, alcanzado el intermedio, estos hinchas trataron de alcanzar las gradas donde estaban ubicados los aficionados del Barça, también coléricos. La rápida y un tanto agresiva intervención policial impidió que los brigadas cumplieran su propósito. Pero enfadados por el intento fallido, se centraron en destrozar el estadio: rompieron por varios sitios una valla separadora de las gradas; arrancaron de cuajo unos 250 asientos; y se ensañaron sin rubor alguno con los lavabos. Por todo ello, el juez dictaminó que deberán pagar la suma de 10.907, 92 euros más intereses legales por los desperfectos causados en el estadio.

"Se tomarán medidas para que no se repitan estos incidentes", proclamó el entonces consejero delegado del club, José Luis Morlanes. Pero en el siguiente derby en Montjuïc, en enero de 2006, los brigadas insultaron con gritos racistas a su portero, Kameni, y golpearon a tres aficionados norteamericanos que, inocentes, merodeaban por las inmediaciones del gol sur. La puerta 8, el sector 125 de Montjuïc, ha sido una lacra para el club desde hace tiempo. El Espanyol, en cualquier caso, creó el curso pasado una comisión de disciplina social que está funcionando correctamente. "Desde entonces, no se han vistos esvásticas en el estadio y tampoco ha habido peleas", recuerdan fuentes oficiales del Espanyol. No ocurrió así con los tres brigadas esa tarde de octubre de 2004.

No contentos con los destrozos en el estadio, los tres ultras siguieron arremetiendo con todo lo que encontraron en los aledaños de Montjuïc. Hasta que entre señal viaria pateada y semáforo golpeado, un policía trató de detenerlos. Iracundos y exacerbados, los tres hinchas también cargaron contra el agente, al que dejaron seis días inhabilitado. Curiosamente, los tres brigadas no eran socios del Espanyol -sólo uno lo fue y dejó el club en 2000-. A los puñetazos, la justicia, cuatro años después, ha castigado con la prisión.

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