El fichaje estrella cae en desgracia por embarazo

Ni siquiera en un país tan aficionado a los cotilleos como el Reino Unido el embarazo de una presentadora de telediarios merecería la amplia cobertura que se ha brindado a la noticia. Pero su protagonista, Natasha Kaplinsky, no sólo es el rostro de los informativos mejor pagado en la historia de las islas, sino que ha realizado el anuncio tan sólo mes y medio después de su fichaje estelar por la cadena Channel Four.

La fabulosa inversión que supuso para el canal contratar a la periodista, a razón de 1,3 millones de euros anuales por presentar dos informativos diarios, se vio rápidamente compensada con el incremento de la audiencia en un espectacular 72%. La periodista cuenta con una sólida carrera, aunque su indudable atractivo y la popularidad que le procuró participar en el programa Ven a bailar, en su versión británica, ejercieron de gancho para atraer a nuevos telespectadores hacia la cadena. Ahora, los directivos de Channel Four se rasgan las vestiduras ante la necesidad de encontrarle una sustituta a partir del próximo septiembre, cuando la presentadora inicie un permiso de maternidad, que ella misma deberá sufragar, dado que es colaboradora externa de la casa (lo que le supondrá perder unos ingresos de casi 130.000 euros).

Fuentes del canal han admitido su "frustración", porque desconocían que Kaplinsky esperaba un hijo (está embarazada de tres meses) cuando ambas parten cerraron el suculento acuerdo económico. Ella alega que no lo supo hasta el 18 de febrero, precisamente el día de su debut al frente del noticiario Five news with Natasha Kaplinsky, cuyo título expresa la creciente tendencia a fusionar el estricto periodismo con el espectáculo televisivo. La periodista hace doblete en el telediario de las 19.00, cuestión de exprimir su condición de estrella.

Kaplinsky, de 35 años, ha recorrido en los últimos años las principales cadenas británicas, desde la ITV a Sky News y la BBC, donde se consolidó profesionalmente. La cadena pública fue la primera en explotar sus posibilidades mediáticas más allá de los informativos, conminándole -en contra de sus propios deseos- a presentar el programa de bailes de salón que, a la postre, supuso su salto a la fama.