"Pasaron más de treinta barcos y no nos rescataron"
Dos marineros canarios desaparecidos dicen que no comieron en una semana
El patrón José Quevedo, enjuto, con un mono naranja, y el capitán Cristo Herrera, más grueso en un mono azul, descendieron por su propio pie del enorme helicóptero de Salvamento Marítimo que, al límite de su autonomía de vuelo y en una operación de alto riesgo, los evacuó del mercante chipriota Poutouremon que se los encontró a bordo del Saulo a la deriva a casi 300 kilómetros de Canarias. No fue el primer barco que los vio. Según aseguraron a los médicos que los atendieron, "pasaron más de treinta barcos a menos de 200 metros, los vieron con total seguridad, pero siguieron su camino sin auxiliarlos".
Los dos marineros canarios aseguran haber estado a la deriva, sin comer ni beber en ocho días, pero su estado físico hace dudar, en unas islas acostumbradas a ver llegar inmigrantes golpeados por las duras condiciones del mar, la escasez real de comida y agua. Hasta tal punto estaban en buen estado que los médicos del Hospital Doctor Negrín de Gran Canaria, que no dudan de la versión de los marinos y aseguran que "todo es posible", esperaban darle el alta anoche mismo para que descansaran en sus hogares de Agaete y Arucas. Antes, tendrían que declarar durante horas ante los agentes de la Policía Judicial que investiga su extraño caso. El presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, se apresuró a visitarlos y estuvo conversando con ellos 30 minutos. Los encontró "bien de ánimo".
La historia de los dos marineros canarios está llena de claroscuros. Las autoridades que desplegaron un amplio operativo de rescate en las costas de Andalucía y Canarias, advierten que el Saulo no llevaba equipamiento ni víveres ni había expedido permiso alguno para realizar la ruta desde Cádiz hasta Gran Canaria. Los agentes no descartan ninguna opción sobre lo ocurrido. El dispositivo se desplegó al norte de Canarias, ellos aparecieron al sur, como si hubieran zarpado desde la costa de Marruecos, el Sáhara o Mauritania, en la ruta que surcan diariamente pateras y cayucos. La localización exacta fue a 160 millas (unos 288 kilómetros) al sur de la isla de Gran Canaria, no de Tenerife, como se dijo inicialmente.
El Saulo zarpó el 13 de marzo pasado desde Barbate sólo con los dos tripulantes. Quevedo, de 61 años, que había comprado el barco por Internet en Alicante, llamó a su familia en Gran Canaria para anunciar que zarpaba del puerto de Barbate rumbo a la isla canaria. Quevedo prometió llamar desde su teléfono móvil cada 100 millas. Pero aquélla fue la última vez que hablaron. Tras muchos intentos, un familiar asegura que el teléfono del patrón dio cobertura, se descolgó y sólo oyó una voz en árabe, probablemente un mensaje automático emitido por la telefonía desde una antena situada en Marruecos, el Sahara o Mauritania.Marruecos asegura que el barco no ha sido registrado en los puertos de El Jajadi y Jodus Cas Far.
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