Frank Berger, creador del primer antidepresivo
Al intentar preservar la penicilina, descubrió un agente tranquilizante
Antes del Prozac, fue el Miltown. Frank Berger fue el creador de aquella droga, el primer tranquilizante y antidepresivo que se convirtió en un fenómeno de masas en Estados Unidos en los años cincuenta y que inauguró una industria que hoy mueve miles de millones de dólares. Berger, de 94 años, falleció el pasado 18 de marzo en Nueva York de un paro cardiaco.
Nació Berger en Pilsen, Bohemia -hoy República Checa- en 1913 pero tras graduarse en medicina en Praga comenzó a experimentar con la farmacología y en 1937 se trasladó a Inglaterra. Fue allí, trabajando en un laboratorio, cuando, al tratar de encontrar una forma de preservar la penicilina, descubrió que uno de los agentes químicos que estaba utilizando tranquilizaba a los ratones con los que estaba experimentando. Los resultados de aquel descubrimiento los publicó en el British Journal of Pharmacology en el año 1946, pero aún pasarían 10 años hasta que aquel descubrimiento casual se transformara en la primera droga antidepresiva.
Tras observar el efecto que aquel agente tenía sobre los ratones, Berger comenzó a preguntarse por qué la gente sufría ataques de ansiedad sin razón aparente: "No son locos, simplemente están demasiado excitados o son demasiado irritables y crean situaciones de crisis ante eventos que no son importantes", se preguntó entonces.
Al mudarse a Estados Unidos en 1947 y comenzar a trabajar para los laboratorios Carter, trató de ahondar en esa pregunta y en buscar una solución farmacólogica a esas situaciones. El resultado fue el Miltown, una nueva droga bautizada con el nombre de una zona residencial cercana al laboratorio y que, tras ponerse a la venta en 1955, se convirtió en la más vendida de la historia en Estados Unidos. Para millones de personas que lidiaban con problemas de ansiedad y depresión, el Miltown les dio paz a corto plazo.
El éxito propició la primera portada de la revista Time dedicada a las píldoras de la mente, que años después se repetiría con fármacos como el Prozac. Según el libro The age of anxiety: a history of America's turbulent affair with tranquilizers, escrito por Andrea Tone, el Miltown fue la primera droga psiquiátrica que tuvo un impacto cultural en Estados Unidos. "Se trató de un periodo, los años cincuenta, en que los estadounidenses estaban trabajando duro y sentían que se merecían algo que les ayudara a superar el día a día. Y lo que resultaba atractivo respecto a esta droga es que mucha gente la tomaba sin que tuvieran problemas graves, sin sentirse pacientes. Para muchos fue como una aspirina emocional. Una píldora de la paz", explicó Tone en The New York Times.
Con ella quedó inaugurada la era de los psicofármacos y la lucha entre laboratorios por conseguir la mejor. En 1960, La Roche conseguía la aprobación del Librium y tres años después aparecía el Valium, uno de los tranquilizantes que aún sigue siendo rey. Sin embargo, Berger, firme defensor del derecho a la asistencia sanitaria gratuita, vivió con desilusión la lucha encarnizada de las farmacéuticas por conseguir el siguiente blockbuster. "Nunca le gustó la manera en que los laboratorios promocionan sus medicinas entre el público. Siempre pensó que había que darle a los ciudadanos la información científica pero sin los extras y los adornos (con los que se anuncian en televisión)", declaró Thomas Ban, profesor y amigo de Berger.
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