Una rivalidad autodestructiva

El canibalismo. La respuesta a la eliminación de Roger Federer y Rafael Nadal en semifinales del torneo masters de Indian Wells es el canibalismo. Tres años de lucha endogámica. Tres años de preocuparse el uno por el otro, de enfrentarse a dentelladas, de jugarse todos los títulos del Grand Slam. La fatiga. La explicación a la inesperada final que disputaban al cierre de esta edición Novak Djokovic y Mardy Fish, a que los dos mejores tenistas del mundo no hayan ganado ni un solo título en lo que va de año, es su agotamiento, el exceso de estrés, la concentración hecha puré tras tres años de máxima tensión, juega que juega y compite que compite. Lo resume Toni Nadal, tío y entrenador del número dos del mundo, que domina con 8 victorias la serie de 14 partidos que le ha enfrentado contra el suizo en tres años y medio.

"Es como correr el maratón yendo con la lengua fuera", dice Toni Nadal

Los dos mejores no han ganado ni un solo título en lo que va de año

"A nivel mental se paga el desgaste de tres años luchando ahí arriba, tres años al máximo nivel, luchando e intentando desbancar a Federer", argumenta sobre el sobrecargado calendario de su sobrino. "No vas igual de fresco que antes. Al final siempre algo pagas, porque a nivel mental tienes un desgaste muy grande de concentración. Es algo claro y asumible", continúa. "Creo que Federer, que lleva tres años increíbles, también está pagando el haber tenido que estar al ciento por ciento el año pasado para ganar a Rafael en Wimbledon y mantenerse ahí arriba. Ha tenido que hacer un gran esfuerzo para seguir siendo el número uno. Nadie ganó tanto como él. Y eso tiene su desgaste".

Nadal y Federer, las caras de una rivalidad de leyenda, compiten desde esta semana en el torneo de Miami con el peligro de haberse fundido mutuamente durante tres años de fatigas. Su enfrentamiento ha abierto la puerta a Djokovic, campeón en Australia, Andy Murray, Tsonga... las caras de la nueva generación de tenistas.

"Es un momento de transición, de volver a cargar las pilas para afrontar otros retos", reflexiona Toni Nadal. "Hay una renovación en el tenis, con jóvenes que no están tan desgastados y vienen con más fuerza. Hay que afrontarlo como se pueda, pero el calendario este año es una locura. A los más veteranos, no de edad sino de experiencia, les puede pasar factura", prosigue el técnico sobre el año olímpico. "Este es un deporte de gran desgaste mental, siempre al máximo nivel. Rafa ha tenido que estar siempre al ciento por ciento por Federer. Es como si uno va a correr un maratón y tiene uno delante que le hace ir con la lengua fuera. Algo pagas, pero es asumible".

Federer perdió su semifinal ante Mardy Fish, número 98, en una hora y tres minutos (6-3 y 6-2). Ganó cinco juegos. Nunca desde que era número 11 y fue derrotado por el argentino David Nalbandian en Mónaco 2002 (6-2 y 6-1) había ganado tan pocos en un torneo masters. La crisis de Federer llega amplificada por su peor inicio de año desde que es número uno -no ha ganado ningún título-, porque llegara a semifinales gracias a la retirada del alemán Haas en cuartos, y por una misteriosa mononucleosis que ha perjudicado su preparación y su ritmo de partidos. Pero nada de eso, dijo, tuvo que ver con su derrota del sábado.

"Fue tan rápida que no me dio tiempo a sentir que hubiera algo diferente que hacer", contó el suizo tras el encuentro. "Me sorprende no haberme encontrado con más partidos así en los últimos cinco años. Siempre pienso que cualquiera te puede dominar por completo cualquier día. Que la gente no fuera capaz de hacerlo contra mí habla por sí mismo", continuó el suizo. "Mardy, sin embargo, pareció prácticamente imposible de ganar. Nunca dudó. Pude sacar mejor, eso seguro. Pude restar mejor, eso también. Pero el partido se acabó en un abrir y cerrar de ojos. Lo que es seguro es que me siento mejor que hace diez días".

¿Y Nadal? "Estas dos victorias", dijo antes de perder contra Djokovic (6-3 y 6-2) y tras haber ganado al francés Jo Wilfried Tsonga y al estadounidense James Blake, que siempre le había derrotado; "son muy importantes para mí. Sentía que no ganaba contra los mejores del mundo". Esa reflexión repitió con distintas palabras pensamientos de años anteriores, cuando la cuesta de la pista dura le separó de su terreno natural, la tierra batida. Este año, como el anterior, la escena y la palabra se repiten. Todo gira entorno a la confianza.

"En el tenis siempre pasa eso", cuentan desde su círculo más íntimo. "Lo que marca la diferencia es la confianza, haber ganado partidos importantes. Le estaba faltando eso, pero no se puede hacer una mala lectura del torneo: ha ganado a dos que le habían ganado la última vez y, aunque perder nunca es bueno, si ahora se relaja y llega bien a la gira de tierra puede ser positivo".

FINAL FEMENINA. A. Ivanovic (Ser.)-S. Kuznetsova (Rus.). 6-4 y 6-3. / Nadal y Federer, cara a cara en lalistaWIP