Otra vez se la juega en Bolsa

A Ignacio Garralda Ruiz de Velasco (Madrid, 1951), actual presidente de Mutua Madrileña, lo que le gusta de verdad es la Bolsa. De hecho, se ha pasado la mayor parte de su vida cerca de los mercados bursátiles, ya que fue fundador y vicepresidente de una de las más importantes firmas independientes del parqué: AB Asesores. Cuando terminó la carrera de Derecho tenía 21 años. Su objetivo era ser agente de Cambio y Bolsa, pero exigían 25 años para el puesto. Aprovechó el tiempo y aprobó la oposición a corredor de Comercio. Por fin se hizo agente de Bolsa, con el número dos de la oposición. El número uno fue Pedro Guerrero, actual presidente de Bankinter. Ellos dos, junto con Salvador García Atance, formaron AB Asesores. Subieron como la espuma y se les conoció como los Hombres G de la Bolsa por la inicial de sus apellidos.

Su sede estuvo en la plaza de la Lealtad, frente a la Bolsa de Madrid. Cuando el mercado español empezó a interesar a los grandes bancos internacionales, en 2001, vendieron su empresa a Morgan Stanley, en una transacción que les hizo ricos a los tres fundadores. Garralda y Atance crearon la Fundación Lealtad, que se dedica a informar de cómo gestionan el dinero las ONG. "Al principio, el sector nos recibió con reticencia", confiesa Garralda. "Sin embargo, seis años después, nos consideran de los suyos porque saben que los ciudadanos demandan información sobre ellas. Es una forma de ayudarles. También insistimos en que tengan una buena organización, porque de lo contrario es fácil que lleguen las malas prácticas". Garralda está convencido de que es un sector "mayoritariamente limpio".

Este madrileño, notario en excedencia que nunca ha ejercido el puesto, entró en Mutua Madrileña en junio de 2002 como consejero, a la vez que José María Ramírez Pomatta ocupaba la presidencia. Tres años más tarde fue designado vicepresidente segundo y, en enero pasado, presidente. Este hombre afable de risa fácil tiene ahora un gran reto por delante.

Ha heredado de Pomatta -con el que mantiene discrepancias judiciales por su relevo- una aseguradora cuyo negocio de coches está casi parado y tendente a descender. Garralda quiere potenciar el difícil negocio de la salud y otros, "así como recuperar el orgullo de ser mutualista, congelando las tarifas, entre otras medidas", dice. Mutua ha vivido cómoda de las rentables inversiones bursátiles, pero ahora se han transformado en lastres por la crisis. La empresa se juega casi mil millones a Repsol y Sacyr. El experto bursátil vuelve a sus orígenes: se la juega otra vez en la Bolsa.