"Un comienzo desastroso"

Todo apuntaba a una victoria de Ferrari y, tal vez, incluso a un doblete. Sin embargo, la situación al final del primer gran premio no podía ser más catastrófica para la escudería italiana. Todas las ilusiones que se habían generado en los entrenamientos invernales quedaron masacradas por el pésimo resultado que los monoplazas rojos obtuvieron en Australia: dos abandonos por rotura del motor -algo que no sucedía desde hacía 11 años- y sólo un punto para Kimi Raikkonen porque entró de rebote en la clasificación cuando Rubens Barrichello, sexto, fue eliminado por haberse saltado un semáforo en la salida de los boxes. Patético. El peor inicio de temporada desde 1992.

Muy decepcionante tanto para los dos pilotos, Raikkonen y Massa, como para todo el nuevo equipo directivo, con Stefano Domenicali a la cabeza, que debutaba en esta carrera. "¿Dónde está Jean Todt?", se escuchó en la sala de prensa. Y es que, este curso, Todt dejó su puesto en la escudería para dedicarse a sus funciones directivas dentro del grupo Ferrari. Para Domenicali, la bofetada de ayer fue doble porque sabía que todo el mundo le estaba comparando con Todt. "Ha sido una cura de humildad seria para cada uno. Espero que en Malaisia se vea al verdadero equipo Ferrari", quiso concluir Luca di Montezemolo, el presidente de Ferrari.

"Ha sido una cura de humildad seria", dice el presidente, Luca di Montezemolo

No obstante, es probable que las cosas no hubieran cambiado mucho con Todt al frente. La situación del equipo comenzó a complicarse el sábado, en la segunda tanda de la cronometrada, cuando Raikkonen sufrió un problema en la bomba de la gasolina que le dejó en la 15ª posición. Todo se complicó aún más en el comienzo de la carrera, cuando Felipe Massa, el que debía colocar a Ferrari en la cabeza al salir en la segunda fila, se equivocó al cambiar de marcha y en vez de la tercera puso la primera. Aquello no habría tenido consecuencias con el control de tracción. Pero sin él produjo tal desequilibrio en el coche que acabó empotrado contra el muro de protección. Afortunadamente, logró llegar a los boxes y cambiar el morro. Pero todo estaba ya perdido.

Para Raikkonen las cosas no fueron mucho mejor. Remontó hasta el octavo puesto en la salida y luego, con los primeros repostajes, llegó a ser tercero durante nueve vueltas: de la 21ª a la 30ª. Pero, luego, errores estratégicos del equipo, varios suyos y la mala suerte de que entrara el coche de seguridad cuando debía repostar le relegaron a la última posición. Habría podido acabar quinto si no hubiera roto el motor a cuatro vueltas del final. También Massa lo había roto tras las 30 primeras. "Ha sido un inicio horrible. Hemos tenido problemas de motor en tres coches, si sumamos también el Toro Rosso de Bourdais. Y no es bueno tener problemas de fiabilidad ya en la primera carrera", proclamó Massa.

"No podíamos imaginar un inicio tan difícil", dijo Domenicali; "no estamos satisfechos en ningún aspecto. Debemos aprender a nivel de equipo, de fiabilidad y de pilotos. Pero debemos también mantener la calma y ser racionales". Los tres motores V8 de Ferrari que no acabaron la carrera fueron enviados ayer mismo a Maranello para detectar el motivo de sus fallos. Ferrari tiene la capacidad de reaccionar y de conseguir ya en Malaisia remontar la situación.

"Es un comienzo desastroso", insistió también Luca Baldisserri, jefe de pista de Ferrari; "no hemos trabajado bien a ningún nivel y ésas son las consecuencias. Sabemos lo importante que es la fiabilidad, pero tenemos carencias en este apartado. Y es curioso porque desde hacía mucho tiempo no sufríamos dos roturas de motor en la misma carrera".

Ferrari está en el ojo del huracán. Todos esperan una reacción inmediata. Y en Maranello dispondrán de todo el dinero que haga falta para que el desastre de Albert Park no se repita en Malaisia. Allí quieren un doblete. Y no hay que descartarlo.