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Reportaje:CINE

Rodar en medio de la muerte

Guillermo Altares

Los rodajes suelen ser muy complicados, algunos directamente infernales, como Apocalypse Now, que se convirtió en una epopeya en la que un equipo tuvo que luchar durante meses contra los elementos, las guerrillas y los problemas financieros. Pero Ahlaam (Sueños), un filme del director iraquí Mohamed al Daradji que se estrena el viernes en España, se lleva la palma. Esta película, que narra la historia de tres personajes ingresados en un hospital psiquiátrico en el momento de la caída de Sadam, fue rodada en las calles de Bagdad a finales del año 2004 en medio de las bombas, los tiroteos y las masacres.

"Nos secuestraron dos veces", explica el realizador de 30 años que, tras pasar la mayor parte de su vida en Holanda y el Reino Unido, decidió regresar a su país tras la invasión angloestadounidense. "Un grupo cercano a Al Qaeda nos asaltó y nos llevó junto al Tigris para matarnos porque nos acusaban de hacer propaganda para los americanos. Cuando habían disparado en las piernas al jefe de sonido, unas sirenas hicieron huir a los asaltantes", relata Al Daradji en conversación telefónica desde Marruecos, donde se encuentra trabajando como asesor de un filme estadounidense sobre Irak. Pero este brutal ataque sólo fue el principio del calvario. Cuando estaban denunciando el asalto en comisaría, una milicia, cercana a la policía, les detuvo y maltrató durante una noche antes de entregarlos a las fuerzas estadounidenses que, esta vez, les acusaron de trabajar para la insurgencia. "Pasamos seis días terribles detenidos en una prisión estadounidense", prosigue Al Daradji. Sólo la intervención de la Embajada holandesa -el realizador tiene la doble nacionalidad- consiguió que fuesen liberados.

Sin embargo, pese a este caos de secuestros, muertes y violencia, sin apenas medios, con un equipo de 30 personas que se jugaban la vida cada vez que ponían un pie en la calle, Al Daradji logró realizar un filme que resume la vida y la muerte de Irak, los horrores de Sadam y la violencia que arrasó el país tras la caída del dictador. "Irak ha sufrido en las últimas décadas tres guerras, una dictadura brutal y un embargo", señala Al Daradji, quien se niega a definirse como chií o suní. "Soy iraquí y quiero serlo por encima de cualquier otra consideración".

Ahlaam, que contó con producción británica, narra las vidas de tres personajes que simbolizan las heridas iraquíes, seres que han sobrevivido a una dictadura genocida y que ahora se enfrentan a un país a punto de ser devorado por varias guerras civiles. "Cuando vi un reportaje en televisión sobre aquel psiquiátrico, viajé a Bagdad y me quedé dos meses ayudando a los enfermos. Las historias que cuenta el filme están inspiradas por los personajes que conocí entonces", señala este realizador cuyo estilo (y talento) recuerda al de los grandes nombres del neorrealismo.

En aquellos días de saqueos, Irak se llenó de historias de desaparecidos, de mujeres que iban de fosa común en fosa común en busca de los familiares a los que un día se llevó la policía política de Sadam -como dijo un veterano forense de la ONU, "las historias de desaparecidos siempre están protagonizadas por mujeres solas que buscan"-. Este director se propone ahora regresar a Bagdad para contar una de estas historias, que culmina en mayo de 2003, cuando fuerzas estadounidenses descubrieron cerca de Babilonia una fosa común con miles de cadáveres, cuyo hedor se percibía a varios kilómetros de distancia. "Son relatos que tenemos que contar para poder tener esperanza en el futuro", afirma. -

Ahlaam (Sueños) se estrena el viernes en Madrid y Barcelona. Director: Mohamed al Daradji. Intérpretes: Aseel Adel, Bashir al Majid, Mohamed Hashim. Reino Unido-Irak. 105 minutos

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Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.

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