Una tripulación en apuros

Apenas una lata de piña para 23 tripulantes. Ése fue el desolador escenario que el inspector de la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte, Germán Arias, se encontró al acceder a las cámaras de almacén de alimentos del Newfame, un buque de bandera panameña que se encuentra atracado en el puerto de Castellón.

La mitad de la tripulación, compuesta por ciudadanos ucranianos y rusos, quiere la repatriación debido a las pésimas condiciones de salud y laborales que están viviendo en el barco, en el que algunos de ellos llevan 11 meses. Sin embargo, temen que la compañía, que les debe varias nóminas, les fuerce a navegar contra su voluntad, por lo que piden a las autoridades españolas que les ayuden para evitarlo.

El buque lleva retenido desde el lunes por Capitanía Marítima, tras una inspección realizada como consecuencia de las deficiencias observadas hace dos meses en este mismo buque tras otra inspección realizada en un puerto francés. Además de la carencia de víveres y las malas condiciones sanitarias, el barco, que llegó cargado con roca fosfórica procedente de Dakar, presenta numerosas e importantes deficiencias que afectan directamente a la seguridad. El consignatario ya ha proporcionado alimentos para la tripulación pero el armador, antes de salir del puerto de Castellón, habrá de resolver las deficiencias halladas ya que se le ha abierto un expediente sancionador que no será resuelto hasta que se subsanen todos los problemas.

A todo ello se une el hecho de que uno de los tripulantes solicitó atención médica, ya que tenía la tensión alta y problemas cardíacos. Finalmente, ayer, Capitanía Marítima ordenó el traslado del marinero a un centro sanitario de Castellón, en el que permanece ingresado.